JOSE LIMA COBOS*
“Para que la cuña apriete ha de ser del mismo”, este apotegma viene como anillo al dedo ante los acontecimientos que se registran en los Estados Unidos de Norteamérica, pues si ayer pudieron asesinar al presidente Allende , de Chile y con el destruyeron a la naciente democracia socialista que nacía para el mundo, qué de raro tiene que otro energúmeno, como Donald Trump ,apriete un botón y se desate una guerra mundial, si al fin y al cabo, ya se denunció por su presidente legalmente constituido, que es una farsa la democracia que se vive en ese país, porque así no lo hizo saber y peor , si no hay consecuencia contra el insurrecto.
Desde hace cuatro años, Trump, candidato del partido republicano al gobierno de la nación vecina manifestada que no creía en la democracia y que se estaba gestando un gran fraude electoral por el presidente Obama para imponer a la señora Clinton y que no reconocería ese triunfo si no era él ganador, sin embargo, o fue lejos por la respuesta que, si bien el partido demócrata ganó electoralmente son una votación superior a los tres millones de votos ante su contrincante, no le favoreció el conteo electoral que se realizan en los estados, y las resultados ya se conocen.
Ahora, ante el propósito reeleccionista, Trump , muy temprano apuntó a diestra y siniestra- con el ,mismo lenguaje- que se estaba gestando un mayúsculo fraude, sin dar ninguna otra prueba que no fuera su palabra” honorable” de la que ha hecho gala siempre , como se demuestra con su conducta contra los gobiernos de Bolivia-no aceptar el triunfo de Evo Morales- o en Venezuela con Maduro y si reconocer a un títere de capirote que aún deambula como loquito y que algunos gobiernos, todos al servicio del imperio, lo aceptan como presidente sin palacio, es decir, que la voluntad se haga en los “bueyes del compadre , esto es, que otros pueblos sufran los bloqueos que impone si no existe sumisión a sus intereses, pero en su interior fue distinto, no convocó a la OEA su carta democrática para seguir destrozando a su nación.
En esta contienda electoral que pierde Trump de manera rotunda , -con igual número de votos electorales con los que ganó anteriormente- sacó de inmediato las castañas del gato y amenaza, no solo al sistema democrático de su país, sino del mundo pues desde el poder incita a la rebelión o insurrección a sus adeptos, se apoderan del capitolio- sitio donde se encuentra el congreso validando los votos- para presionar y dar un golpe de Estado que se reduce a cinco muertos y así conservar – a la mala- la casa Blanca por otros cuatro años más que no merece, pese al haber obtenido cerca de setenta y cinco millones de votos ciudadanos, pero no mayor a los que registró su contrincante Biden que, pacientemente espera asumir el día 20 de este mes el gobierno de su país y que al marcar su raya, los días porvenir tendrán que ser definitorios para que hechos iguales no vuelvan al terreno de la política.
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Si bien pende la amenaza de una locura trumpista,- ya se vio o se ha visto de lo que es capaz, aunque no hay borracho que trague lumbre-, así que el relevó no tendrá mayores sobresaltos, cuando no
sea la ausencia de un sujeto que jamás debió haber ocupado esa presidencia, que la deja sumamente dañada, entre otros cosas, porque si ya se había comenzado a limar asperezas con Cuba y Venezuela , este energúmeno la llevó a los extremos más deleznable, como es auspiciar el no reconocimiento de la elección de Bolivia y la rotunda derrota de la presidenta impuesta, pero sobre todas la gran animadversión interna que deja en su país, donde los reaccionarios y neofascistas de siempre, seguirán operando para volver al poder en 2024, algo similar que se quiere para México como es que la corrupción e impunidad retornen por sus fueros y que esta nación se siga hundiendo.
La oportunidad la “pintan calva” para el presidente Biden, pues se le entrega un país polarizado y sobre todo con el estigma de un presunto golpe de estado, al estilo de los que ese país ha organizado, propiciado y alentado, en base a sus nefastos intereses imperialistas y de sometimiento a los pueblos, como en el pasado sucedió en Chile , Argentina, Brasil, Perú , honduras, Nicaragua y con cientos de pueblos; con los crímenes en Irak, Irán, o bien los criminales que indultó Trump recientemente, marcan para siempre la ambición y perversidad que ha alentado a esa nación, lo que ahora lo obliga a cambiar de conducta, si se quiere la armonía y la paz reine en el mundo, desterrar la ambición y voracidad capitalista para que el pueblo todo, mejore sus condiciones de bienestar. limacobos@hotmail.com
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