JOSE LIMA COBOS
Si se quisiera hacer una vivisección de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, de verdad, no terminaríamos nunca, pues si partimos de los sentimientos de la nación contenidos en la constitución de Apatzingán, la de l857 y 1917, queda un remilgo, y todos los crímenes que ha sufrido el país, se han consumado en su nombre, y los resultados están a la vista, porque la violencia y la corrupción no termina, y la miseria hace cada día más presa a la sociedad.
No se quiere entrar a profundizar en el tema, pero de manera enunciativa se hará referencia a los grandes logros. En principio hay que decirlo , fuerte y quedito, que las grandes reformas esenciales en materia de derechos humanos han sido resultado de las sentencias que en la esfera internacional han condenado al país a realizarlas porque, la famosa y onerosa Suprema Corte de Justicia de la nación- ministros, magistrados y jueces- han sido sordos y cómplices de que las cárceles estén repletas de inocentes en tanto, en las calles, los hombres de cuello blanco y las bandas organizada, gozan de toda impunidad.
Salvo contados casos, han existiendo jueces y fiscales que han actuado con consecuencias favorables, pero, en su mayoría, todo es producto decisiones de tribunales internacionales o bien, de los intereses de grupos de los gobiernos de Estados Unidos que no han señalado a los corruptos y corruptores de este país, quedándose con las fortunas que aquí han creado, en las complicidades más elocuentes, ahí está, por ejemplo, el caso de Peña Nieto que se llevó sus bienes a España para tener un mejor estatus social, lo bien lo que han adquirido bienes en el extranjeros y se regodean en esos lugares como Zedillo, Salinas y demás bandidos que robando aquí, allá lucen sus riquezas.
En la constitución que rige el país, están todos los elementos para mantener y exigir que la justicia impere, sin embargo, la corrupción e impunidad se ha empoderado de tal manera que es un círculo difícil de romper y cada día, si se continua igual, será peor.
En el artículo 1º constitución y en casi todos, por no decir en los 136, existen las normas claras y precisas, pero su reglamentación- como se dice coloquialmente, quien hace la ley, ahí está la trampa, y peor tantito, en la interpretación que se deja a la libertad de jueces, ministros y magistrados, se encierra todo lo peor, por eso las decisiones descabelladas que se nos oferta todos los días.
De manera ejemplificativa,- solo para observar un solo ordenamiento, que tiene que ver con .los recursos públicos, con los recursos de la nación-, veamos el artículo 127 constitucional que en sus seis fracciones que precisa que nadie puede ganar más que el presidente de la República, pues el agandalle, se hizo abismal, de manera tal que no existe ley reglamentaria que pare la
voracidad y más aún, que se constituyan organismos que medra , atraca y saquean la nación y, para ilustrarnos es del tenor siguiente- reforma de 2016- “los servidores públicos de la federación, de las entidades federativas, de los municipios y de las demarcaciones territoriales de la Ciudad de México, de sus entidades y dependencias, así como de sus administraciones paraestatales y paramunicipales, fideicomisos públicos instituciones y organismos autónomos, y cualquier otro ente público, recibirán una remuneración adecuada e irrenunciable por el desempeño de su función empleo, cargo o comisión que deberá ser ´proporcional a sus responsabilidades”
Así su contenido, es envidiable, debe llenar de orgullo, pero en la realidad es otra, porque , en tanto en la fracción ll se afirma categórico “ ningún servidor público podrá recibir remuneración , en términos de la fracción anterior, por el desempeño de su función, empleo , cargo o comisión mayor a la establecida para el Presidente de la República en el presupuesto correspondiente”, sin embargo, ahora que se vio la declaración patrimonial anual, se vio que varios secretarios de Estado perciben cantidades que rozan en extremo lo que gana el presidente, lo que es criminal si se observa que la miseria se enseñorea en el país.
Pero lo peor está por verse, pues el artículo 128 constitucional declara “ Todo funcionario público, sin excepción alguna, antes de tomar posesión de su encargo, prestará la protesta de guardar la Constitución y las leyes que de ella emanen” y los 223 diputados federales que con su actuar dejaron de cumplir con la misma, al ponerse al servicio de intereses extranjeros, tendrán que responder por traición a la patria si, como se anuncia, ya existe una denuncia penal, que nada tiene que ver con lo que dice la constitución que no podrán ser reconvenidos por sus manifestaciones en el reciento parlamentario, que es distinto, al ponerse al servicio de los enemigos de la economía nacional, base y sustento de la tranquilidad y paz pública. limacobos@hotmail.com
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