El presidente López Obrador, en uso de sus facultades constitucionales contenidas en el artículo 96 de la constitución política de los Estados Unidos mexicanos, nombra de manera directa- el dedo presidencial indubitable- a una ministra de la Suprema Corte de Justicia, al rechazarse por el senado de la república, la terna que envió para que, el parlamento, de manera indirecta hiciera la elección, sin embargo, al no encontrar eco y, eliminado la simulación que siempre ha sucedido en estos casos, se dio el banderazo para , por primera vez en más de veinticuatro años, se hiciera de manera directa.
Así era antes, solo que la simulación era el pan nuestro de cada días, sin embargo, ahora es el escándalo acuñado por la perversidad, cuando apenas hace unos años el ministro Medina Mora que constitucionalmente estaba impedido para ascender a ese cargo, Peña Nieto lo propuso y sin el menor reclamo -pese a existir antecedentes claro de lavado de dinero y de transferencias bancarias sospechosas cuando era embajador en Inglaterra y en Estados Unidos que el senado aprobó- para después huir, ante la complicidad o silencio para no enjuiciarlo.
Esta práctica de simulación ominosa que se da con lo ministros, se destruye si, como se pretende , que los jueces magistrados y ministros sean electos de manera popular y de forma democrática por la ciudadanía, tal como acontece con los diputados y senadores de origen popular, -no como acontece también ahora, en que, 300 diputados son de elección directa y 200 de los llamados de representación que on de la cúpula de los partidos políticos que, de forma totalmente corrupta, optan por quienes son parte de la élite .
Si no se quiere que se de este hecho histórico, sin duda , se quiere seguir viviendo en la corrupción que es consecuencia directa del gran desajuste en que vive la nación y que si no se cambia de manera real y auténtica, se seguirá en el camino de la mentira y el engaño y que el Estado nacional de la división de poderes- legislativo, ejecutivo y judicial- constituya la farsa de siempre.
El defensor terco de esta nueva forma de integración de los poderes de la Unión, ha sido el presidente López Obrador para hacer que se de una nueva forma de vida en la nación, en la que se apliquen las normas constitucionales que más fortalezcan la legitimación de quienes tienen encargos públicos, que en estos tiempos se han utilizados más para arraigar la corrupción que lancera a todos y que tal parece que no tiene fin .
En la actual integración de la suprema corte , el presidente de la república propuso a varios ministros, entre ellos, Jazmín Esquivel, Loreta Ortiz, Margarita Ríos y González Alcántara que , se supone, sin conceder- dicen los ministros y constitucionalistas- , que fueron analizados seriamente para que contribuyeran a lo anunciado por el actual presidente, de la necesidad de transformar el país y más en la corte que se ha dicho que está podrida, sin embargo se demuestra – así lo ha reconocido- que se equivocó, tan así que tampoco alcanzaron la toga de la justicia, sin mirar hacia atrás, pues renunciaron o negaron su origen y , sin recato alguno, se acogieron a los privilegios que el artículo 127 constitucional les niega, como es ganar más que el presidente de la república que tiene la responsabilidad de hacer que el Estado mexicano viva con justicia, libertad y democracia.
Ninguno de los propuestos hasta ahora,-Esquivel, Loreta , Ortiz y González- han tenido la dignidad elemental de observar ese artículo constitucional que juraron cumplir y hacer cumplir, si no que, de muertito, se atragantan con el presupuesto que les da la nación, sin merecimiento, pues dicha reforma constitucional data desde 2009, de ahí que no tienen autoridad moral para decir que no se pueden reducir sus percepción, por el contrario, debería de promover un juicio para que devuelvan lo que han recibido.
Se espera que la llegada de la ministra Batres a partir del próximo año, se de el ejemplo cuando afirma que devolverá lo que sea superior a lo percibido por el presidente de la república y pueda servir de punto de partida para que, los demás ministros, que están en las mismas condiciones, hagan lo propio, de lo contrario, seguirán siendo punto de referencia para ubicarlos como que se agandallan en el ejercicio del servicio público, porque una traidora más no se soportaría, pues ya se vio que Lily Téllez y Germán Martínez que aceptó que fueran senadores de dedo, sin duda, autorizados ´por el candidato presidencial , se han convertido o ya lo eran traidores de siempre, pues habiendo sido formados en la corrupción y los crímenes de Calderón se escurrieron en su anonimato para socavar el proyecto nación de López Obrador, anunciado de antemano y no engaño a nadie cuando dijo ”primero los pobres”.
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