JOSE LIMA COBOS*
El asalto contra la nación es, ¡ahora o nunca!. Así se constata cuando se avizora que la reacción esta resuelta a impedir que el asqueo y los atracos se signan dando en el descaro de la impunidad, no perciben que el pueblo está cansado de tanta miasma que se ha demostrado desde que Salinas llegó al gobierno para iniciar el proceso, a fondo, de consumar la voracidad insaciable que se gestaba desde su hogar, pues su padre, Raúl Salinas Lozano, fue colaborador en el gobierno de López Mateos, aquel presidente que nacionalizó la industria eléctrica para electrificar al país.
Sin duda que, cuando se crían cuervos coadyuvan para sacar los ojos a quien más puedan, pues en el descaro más ostensible se tiene, cuando a Salinas Lozano se le brinda, gracias a su hijo Carlos, a la sazón Secretario de Programación de Miguel de la Madrid, una Senaduría de la República, y desde ahí coadyuvar , impúdicamente, a continuar medrando a costa de los recursos del país.
Es precisamente en el régimen del fraude electoral de 88 que encabezó el hijo de Salinas Lozano cuando se sepulta la reforma agraria, audacia tal,- tanto peor o más que con los sobornos de Odebrecht para la privatización de la energía eléctrica y petrolera con Peña Nieto- porque ,si bien es a la mitad del sexenio de este atracador nacional, cuando reforma el artículo 27 constitucional,- factor del triunfo de la revolución mexicana, cuando con recursos públicos se copta a los líderes agrarios de entonces y así el Estado deja de tener la responsabilidad de que la riqueza nacional se reparta , sobre todo la tierra, que es el sustento real y efectivo para distribuir el bienestar.
Si se revisa la reforma agraria de Salinas y la corrupción de entonces, lo único positivo, si se ve con benevolencia, es la creación de los tribunales agrarias, -razón de la lucha de Zapata para que las controversias se dirimieran en los tribunales – igual que Morelos que proclamó que existieran tribunales que ampararan a los pobres- sin embargo , todo lo demás es un desastre porque se prohijó que la tierra se mantenga ahora inculta y abandonada y que sigamos dependiendo de las importaciones de la alimentación que es esencial.
Si la tierra tenía como dogma que sería de quien la trabajara y el estado mexicano estaba obligado a entregarla, así se repartieron los grandes latifundios que fueron producto de los despojos de los conquistadores que arrinconaron a sus auténticos dueños a que se refugiaran en las montañas, en tanto los hacendados se quedaron con las mejores tierras que, en el tiempo, al no existir penalidad alguna , no las hacen producir, al no existir la amenaza de que si no las
trabajan se repartirán entre quienes las necesiten, es decir, así como las concesiones en materia de minería o lo que aconteció en materia petrolera, que reparten al país a extranjeros, que las tienen para especular en los mercados mundiales y que la supuesta inversión extranjera iba a mllegar a
Ahora que existe un presiente de la república, como López Obrador, que habla con claridad lo que dejaron el capitalismo salvaje que se engendró en México a partir de Salinas , a los bandidos de ahora les molesta y para consolidar la corrupción que vino de España, envían a sus cuadros políticos a seguirse educando en ese país y vienen con todo para recuperar lo que apenas empieza a reconstruirse de las cenizas infestadas por la perversidad que, si bien , de retornar al poder sería pírrico, no podrían arrollar como lo hicieron en los sexenios de Zedillo, Fox, Calderón y Peña Nieto |
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