Sin duda que el dinero no duerme , como la corrupción que le acompaña, así las calificadoras financieras y las universidades, en su poder y autonomía, juegan con los grandes intereses de los países , no tan solo los que están en desarrollo, sino también con los desarrollados, pues mantienen o alientas por un lado, el pulso de la economía y lo manejas de acuerdo con sus intereses, en tanto las universidades mexicanas despilfarran, en la irresponsabilidad extrema los recursos que la nación les entrega para que prepare a las futuras generaciones.
En tanto las calificadoras actúan a modo y conveniencia para que los inversores no se alebresten y no dejen de invertir en determinan naciones, sin embargo, no especulan cuando se dan grandes espacios para que medre la corrupción, pero cuando existe la amenaza de acabar con ese lastre y se quiere llegar a fondo, lo que antes lo defendieron, ahora sí lo magnifican, y así acontece con nuestro país que, si bien era pública y notoria las barbaridades y saqueos que sufría la nación en sus industrias estratégicas, - PEMEX y CFE-, jamás pusieron el grito en el cielo, por el contrario, aplaudían el pacto por México, que más que nada fue el anunciado atraco con los bienes nacionales.
Se aplaudió por las calificadoras cuando Fox, Calderón y Peña Nieto, concesionaron las tierras mineras del país, para que una o dos empresas nacionales y otras extranjeras explotaran esos recursos, -oro , plata, estaño, níquel , etcétera-, sin cuestionar o escuchar alarido alguno del impacto ambiental que a cielo abierto se realiza, o bien, cuando mediante el franklin se explota el petróleo para aumentar su explotación y se destruye la naturaleza, pero nada más se emprende, por el Estado , una empresa que tiende a crear condiciones distintas para los mexicanos, de inmediato surge la incomodad y la amenaza que eso no es lo que nos merecemos.
Jamás se había escuchado escándalo alguno por la construcción del nuevo aeropuerto de la ciudad de México en el lago de Texcoco, sin embargo, ante el amarre de los intereses económicos de una minoría rapaz, salta la inconformidad y se cuestiona esa obra que no se terminaría hasta dentro de diez años, es decir, el negocio de los inversionistas iba a durar la eternidad del tren ligero hacia la ciudad de Toluca , o bien, el tren que se determino para Jalisco , ambas obras que se programaron terminales a un costo mucho menor, como engaño y fraude, y que ahora se requiere de más recursos para sus conclusión, es decir, una engañifa para dentro de la trampa llegar a fortalecer la corrupción.
El gobierno, aliado con las calificadoras, alimentaron , sin escandalo el robo de los combustibles para quebrar a la empresa y aplicando la filosofía de un gobernador veracruzano a las empresas hay que crearles conflictos para que quieren y luego las compramos baratas, así, si la industria petrolera, en la corrupción e impunidad puede quebrar, hay que hacerlo para que sirva
de chatarra que luego se vende, es el cuento de nunca acabar, pues el gobierno construye las carreteras y las refinerías y luego, por ser mal administrador , hay que venderlas a los particulares que son los que hacen los grandes negocios y el caso más elocuente que las calificadoras no vimos que hayan condenado, ese el hecho histórico de Zedillo que salvó a los bancos que privatizó Salinas y que nación sigue pagando y será por mucho tiempo.
Nada más criminal puede ser la omisión de las calificadoras que jamás hablan de algunas universidades mexicanas donde se encierra la corrupción y la baja calidad y que se les exija que cumplan con elevar la educación en razón de la inversión que hace el Estado, pues eso coadyuvaría a que la autonomía de que gozan sirva para ese propósito y no para despilfarrar con la irresponsabilidad los recursos públicos.
Sin duda que no hay satisfacción de esa minoría rapaz e insaciable, pero lo cierto es que, es la primera vez que el estado mexicano irá por sus fueros para hacer que la riqueza , que es producto de todos, se redistribuya y la mejor demostración lo constituye que se acabará la corrupción y los más de quinientos mil millones de pesos que se condonaron por Calderón y Peña Nieto a los empresarios no volverá a suceder y que los saqueadores de la nación tendrán que devolver lo mal habido para que se afronte con seriedad la miseria de más de cincuenta millones de mexicanos.
La tarea apenas comienza y tiene sus controversias y serios bemoles, más ahora que se conoció la orden de aprehensión contra el abogado Juan Collado, cobijado por Salinas , Peña, ministros de la Corte y demás alimañas nacionales, se ha visto lo profundo de la corrupción que impera en el país y los entresijos que participan en el manejo de los grandes empresarios cuyos bienes caminan en todo momento para perderse en la prueba diabólica de la impunidad, con la gran habilidad para manejar los recursos de procedencia ilícita. Leer esa orden de aprehensión de Collado, de 149 páginas, da idea de que es la punta el iceberg ,que no creo que pueda ser menor que la de Fox, Calderón , Salinas, Peña Nieto y demás involucrados en la crisis económica del país.
Sería saludable que las calificadoras que dudan que las cosas se están haciendo bien, que se echaran un clavado, que es fácil, en la riqueza acumulada por unos cuantos en México y su procedencia lícita, porque es muy fácil gritar ¡”al ladrón, al ladrón!, lo que sería saludable para acreditar que no han sido cómplices o complacientes. limacobos@hotmail.com
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