Por Raúl Caraveo Toledo @raulcaraveo
El Frente Amplio Opositor hoy coalición PRI-PAN-PRD en busca de la presidencia de México con Xóchitl Gálvez como candidata, y atrás de ellos como cerebro brillante Claudio X González y su conciliábulo de intelectuales entre los más destacados; Héctor Aguilar Camín, Leo Zuckermann, Jorge Castañeda, Joaquín López Dóriga, Carlos Loret de Mola, Carlos Marín, Lorenzo Córdova, Carlos Alazraky, Roberto Madrazo, Enrique Krauze, Felipe Calderón, Juan Sandoval Iñiguez, Mario Vargas, Pascal Beltrán del Río y quienes usted -que conoce más- agregue a la lista, desde hace semanas ante la abrumadora sentencia de la opinión pública vía encuestas serias que dan 30 puntos de ventaja de la candidata Claudia Sheinbaum de la alianza Morena-PVRM-PT han acogido un plan perfecto:
Desde ya declarar la posibilidad de un fraude electoral solo equiparable al de 2006 que llevó a la presidencia a Felipe Calderón, es decir un mega-fraude electoral; al mismo tiempo propalar la versión que cada vez más se acerca la candidata Xóchitl a su contendiente líder Claudia en encuestas truqueadas; al mismo tiempo destacar la versión en el imaginario colectivo que son más las menciones a la candidata Sheinbaum que a la candidata Xóchitl (¿’?¡!) en medios de comunicación; así mismo por medio del INE mantener sobre las cuerdas al presidente López Obrador para que no pueda hacer ni una declaración sobre candidatos, partidos o proceso electoral. Y finalmente no declarar válida la elección el 2 de junio.
El Instituto Nacional Electoral ya ha declarado que no considera investigar la procedencia de campañas a partir de boots por las tendencias pagadas que incriminan a López Obrador y/o a Claudia Sheinbaum con el narcotráfico en redes sociales. Simplemente no lo va a investigar, no le interesa.
Los intelectuales líderes –según ellos- en la opinión pública de los medios concesionados por el Estado como Televisa, Tv Azteca, Milenio, Grupo Imagen, Grupo Fórmula, etc. cuya presencia discursiva es monotemática algunos días para desacreditar al presidente o a Claudia funcionan coordinadamente en “nado sincronizado” para propalar versiones soterradas de guerra sucia, similar a la del 2006; pero eso mucho menos lo podría o quisiera investigar el INE, tampoco son considerados. Ellos se ilusionan con regresar al pasado, volver a sus fueros.
El escenario no es halagüeño, ni mucho menos ético o moralmente aceptable si consideramos que el INE no va solo, cuenta con el Tribunal Electoral y la Suprema Corte de Justicia de la Nación, que no es poco.
Hasta el momento de escribir ese resumen AMLO parece que con desactivar lo que podría considerarse un golpe blando técnico, táctico diría yo, desde las conferencias matutinas cree que será suficiente. Desactivarlos exhibiéndolos tal cual, sin considerar los efectos subyacentes representa solo un riesgo.
La elección no está comprometida pero la guerra sucia busca desacreditarla e invalidarla si no les es favorable, y la respuesta para desmantelar estas intenciones no se ve muy presente.
Solo la presencia masiva, abrumadora en las urnas puede desactivar las intenciones de la oposición; ir por el plan C que implica voto abrumador por obtener la mayoría calificada, dos tercios del Congreso de la Unión y –naturalmente- el éxito indudable de Claudia Sheinbaum Pardo.
Gracias por su lectura y recomendaciones en redes sociales.
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