Una verdad a medias que recorre el país desde hace décadas es la que hoy se expone en los tribunales de Brooklyn, New York en el juicio a Joaquín Guzmán Loera “El Chapo” legendario alto jerarca o capo más brillante –mediáticamente- de México.
La justicia norteamericana lo acusa de once delitos; entre ellos haber enviado más de 155 toneladas de cocaína en los recientes 25 años, así como haber facturado aproximadamente 14 mil millones de dólares que las autoridades nunca pudieron incautar.
EL juicio al Chapo soltará mucha información que puede llevar a la persecución de delitos por parte de funcionarios mexicanos de un nivel presidencial incluso.
La verdad a medias que desde hace años es del dominio público hoy comienza a salir a la luz pública por medio de éste juicio, obviamente en Estados Unidos. Para cualquier mexicano común y corriente no es una sorpresa confirmar los señalamientos que periodistas serios de investigación han escrito en varios libros, aparte el anecdotario ciudadano, la información filtrada y la espectacular evidencia de fugas, contradicciones y riquezas exorbitantes de los personajes en cuestión. Hoy sabemos que la nómina de 300 mil dólares mensuales era bien compartida para el trasiego en el aeropuerto de la ciudad de México; con tres bodegas el negoció fluyó varios años. Los escapes de película no eran tales, más bien eran liberaciones permitidas desde el más alto nivel previo pago, 20 millones de dólares por salir caminando de Puente Grande, entregados a Vicente Fox a los 49 días de haber iniciado su sexenio.
Durante años se prohibió mencionar siquiera o intuir que teníamos un Estado fallido, quien eso lo hiciera era eliminado de las preferencias oficialistas, se convertía en un periodista o investigador muy incómodo, se le cerraban las puertas y su vida corría peligro.
Hoy Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto son señalados en el juicio del Chapo, no solo lo señala Jeffrey Lichtman, abogado del Chapo, también el testigo José Zambada hermano del Mayo Zambada; pronto surgirán más señalamientos a los mismos personajes y pruebas. No están enfrentando a la justicia mexicana, ni a la fiscalía de cuates, no, ahora se trata de la justicia estadounidense. Por si algo faltara cuentan con un presidente norteamericano bastante beligerante y en preparación de limpiar la casa de los vecinos para ganar votos al interior de su país que le sirvan a su reelección. El escenario no puede ser peor para los expresidentes, ni mejor para el próximo Presidente. Donald Trump se ha expresado en muy buenos términos de Andrés Manuel López Obrador siempre, no así de Enrique Peña Nieto.
No obstante Enrique Peña entregó como una ofrenda de paz y subordinación a Joaquín Guzmán Loera un día antes de que Trump asumiera la presidencia, algunos lo vieron como un mensaje de colaboración y que por la buena México puede ser un buen aliado en vez de estar en conflicto permanente.
Aun siendo un mensaje cifrado que tiene varias interpretaciones, el Chapo fue entregado a la brevedad 24 horas antes de que Trump fuera investido como Presidente de Estados Unidos. Los anteriores y posteriores anécdotas de sumisión de Peña Nieto son obviedades que todos conocemos.
Los primeros tres días de juicio han sido demoledores para la realpolitik mexicana y como efectos secundarios son muy aleccionadoras las respuestas públicas por ejemplo; los primeros días a bote pronto Carlos Puig, Mario Campos y León Krauze respondieron en defensa de los expresidentes Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto, otros medios como El Universal, Excélsior, Milenio, Televisa, Grupo Fórmula, y otros de la misma línea no han dado la importancia a la noticia, solo a los deslindes de Calderón y Peña; no hacen “mesas de análisis” o sus tendenciosos debates, nada, nada, no obstante existen especialistas en el tema que han investigado puntualmente como Anabel Hernández, José Gil Olmos, Javier Valdéz, Ricardo Ravelo, Guillermo Valdés Castellanos, Rafael Rodríguez Castañeda, Diego Enrique Osorno, Charles Bowden, entre otros más.
El tema abre infinidad de posibilidades de exhibición, señalamientos, recuperación del papel de investigadores y muy importante, evidencia el papel de los gobiernos federales y estatales de frente al manejo de la información pública manejada con amplios márgenes de convivencia.
Al fin de semana, domingo 18 la muerte de Héctor Beltrán Leyva en el penal federal de Almoloya abre una gama de suspicacias, extraña coincidencia como menciona Salvador García Soto https://www.eluniversal.com.mx/columna/salvador-garcia-soto/nacion/el-extrano-infarto-de-hector-beltran . ¿Que más coincidencias nos depara el futuro?
Gracias por su lectura y recomendación en twitter y facebook
@raulcaraveo
*Raúl Caraveo Toledo es licenciado en ciencia política por la UAM, ex catedrático de las Facultades de Psicología y de la Facultad Ciencias y Técnicas de la Comunicación de la Universidad Veracruzana, ha sido analista de estudios económicos de PEMEX y Consejero electoral del IFE-INE de Quintana Roo de 2005 a 2015, ex asesor de la XIII legislatura de Quintana Roo, Conalep Quintana Roo, escribe para www.sdpnoticias.com www.tmj.mx www.gobernantes.com www.revistadigitalqr.com.mx www.todoincluidolarevista.com www.noticaribe.com www.insurgentepress.com.mx y en Chicago en www.laprensaus.com y www.vocesmigrantes.us |
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