Margarita Zavala Gómez del Campo de Calderón decide renunciar a seguir en campaña por la presidencia de la República, no es un hecho aislado, no; la candidata estaba cayendo en las encuestas lenta pero firmemente, el apoyo de los empresarios que la sostenían simplemente se esfumó al no querer hacer equipo con Ricardo Anaya Cortés en lo que querían fueran una estrategia para lograr ganar a López Obrador; el expresidente o no quizo o no pudo convencerla, o –me inclino más a pensar- el Presidente Enrique Peña Nieto no lo autorizó.
Margarita se va sin pena ni gloria, como perdedora de la punta de lanza del Calderonismo si alguna vez existió como clan o grupúsculo. En su caída libre hasta ahorita no ha arrastrado a nadie pero si alguien la quiere capitalizar puede ser solo un lastre o peso muerto.
No saquemos de contexto este evento:
Son de tres a cuatro puntos de panistas o simpatizantes del PAN que jamás votarían por López Obrador, tal vez si por José Antonio Meade, pero sin necesidad de ningún esfuerzo, eso es simple; los que no son convencidos por Margarita se estarían fugando hacia Anaya o hacia Meade algunos.
Hasta aquí en nada es afectado Andrés Manuel López Obrador, el que sume dos o tres puntos Meade o dos Anaya son pecata minuta.
¿Qué es lo importante?
Muy sencillo, lo importante aquí son el 26% de indecisos, los que aún no definen su voto pero están en la observación y en la disponibilidad de convencimiento. De ese 26 por ciento cuántos ciudadanos votantes que se van a definir encontrarán la suspicacia, es decir la comprobación de ir hacia uno u otro candidato. Cuántos comprobarán con los hechos la estrategia de poder que nos envuelve.
Cuántos mexicanos en si declinarán su voto hacia el voto por el mantenimiento de este sistema o por un cambio real del sistema. Es decir; como afectara la decisión de voto antisistémico y la decisión de los votantes milenialls.
La breve historia reciente, de los últimos 18 años, que lecciones emite con este tipo de declinaciones que no renuncias. Margarita no renunció por principios ni por dignidad, eso lo pudo hacer hace muchos años en docenas de veces cuando su esposo fue Presidente de México y no lo hizo. Jamás emitió una declaración a favor de algo significativo.
Renunciar, protestar, elevar la voz. No lo hizo nunca. Hoy era un fantasma en campaña.
La historia más reciente de 12 años solamente explica su renuncia y declinación por su verdadera filiación y esa será en breve presentada en la misma forma desarticulada que hizo campaña; su renuncia desangelada irá en concomitancia a sus siguiente adhesión o pronunciamiento,
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@raulcaraveo
*Raúl Caraveo Toledo es licenciado en ciencia política por la UAM, ex catedrático de las Facultades de Psicología y de la Facultad Ciencias y Técnicas de la Comunicación de la Universidad Veracruzana, ha sido analista de estudios económicos de PEMEX y Consejero electoral del IFE-INE de Quintana Roo de 2005 a 2015, ex asesor de la XIII legislatura de Quintana Roo, Conalep Quintana Roo, escribe para www.sdpnoticias.com www.tmj.mx www.gobernantes.com www.revistadigitalqr.com.mx www.todoincluidolarevista.com www.noticaribe.com www.pedrocanche.com y en Chicago ce www.laprensaus.com y www.vocesmigrantes.com |
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