Hasta hace pocos años y durante todo el siglo pasado el modelo de comunicación política que predominó era muy simple, hoy rudimentario, pero muy efectivo. Periódicos impresos, radio y principalmente televisión, con muy pocos canales y pocas frecuencias, igual pocos periódicos nacionales. El gobierno –al más alto nivel- incluso llegó solo a emitir “boletines de prensa” y no faltó la suspicacia para considerar al más importante noticiero de televisión como el propio vocero del Presidente en turno.
El más importante noticiero lo era en virtud de ser en uno de los cuatro o cinco canales nacionales y que en horario triple a era el más visto voluntariamente a fuerzas. Esto creo varios emporios en las comunicaciones y varios liderazgos de los conductores que muchas veces editorializaban para inclinar la voluntad popular, es decir la voluntad de los atentos teleauditorios. Essa fue la preparación de muchos actuales líderes de opinión.
Para la década de los setentas el medio me obligaba a leer, en casa nunca faltaba las revistas Siempre, Impacto, Selecciones, Contenido, Buen Hogar, Cosmopolitan, Duda, Vanidades, etcétera; recuerdo exactamente cuando mi hermano Rubén –mugroso simpatizante del Che Guevara- llevó el primer número de la revista Proceso en papel revolución toda, fue a fines de 1976, todavía apenas cursaba la secundaria y mi mamá me obligaba a leer todos las obras que en ese entonces salían y eran un éxito, de Luis Spota “Palabras Mayores”, “Retrato Hablado”, “Sobre la Marcha”, entre otras. Las leímos ella y yo, luego las comentábamos, describía los entresijos del poder presidencial, en especial de Luis Echeverría.
De mis padres aprendí la duda metódica hacia la televisión, no creerles. Hoy los tiempos han cambiado vertiginosamente, cambiaron los medios, los canales, las frecuencias, los libros, las distancias; el mundo se convirtió en una aldea. Cambio casi todo.
Cambio todo menos los hombres. Si, los hombres que hacen radio, televisión y prensa escrita no pudieron cambiar al mismo ritmo. Casi un siglo permanecimos con un gobierno estable a fuerza de la violencia monopolizada y manipulada, los cambios de poder eran crónica anunciada, todo quedaba en la gran familia revolucionaria.
Los hombres que no cambiaron han querido seguir replicando el modelo que les funcionó por muchos años pero no se han dado cuenta que ya fue, Ese es su error.
Ayer tuve el tiempo –por casualidad- y la atención de ir monitoreando los programas de radio que tienen presencia nacional, es decir que llegan a mi localidad, dos grupos Imagen y Radio Formula principalmente con programas de noticias desde temprano; Ciro Gómez y Beltrán del Rio, Oscar Mario Beteta, Eduardo Ruiz Healy, Joaquín López Dóriga, Manuel Feregrino, José Cárdenas, David Páramo, Ma. Carmen Cortés, Marco A. Mares, José Yuste, en fin, solo con éstos escuchados durante un día completo la cuenta llegó a más de doscientas menciones, entre todos, sobre Andrés Manuel López Obrador con un 98% de señalamientos en contra de sus dichos o propuestas, en las contradicciones que dicen encontrar editando sus palaras, es decir, lo único
que pude constatar es que hoy solo hay un candidato que predomina, y una línea editorial que predomina y que no apoya en absoluto a éste candidato; no tienen tiempo de mencionar a cual candidato apoyan si a José Meade, Ricardo Anaya, Jaime Rodríguez o Margarita Zavala; eso es secundario, no lo tienen claro, lo que sí es a quién no.
Si entendemos que estos personajes tienen un patrón común de comportamiento y un patrón en el sentido estricto de la relación laboral podemos entender la fuerte campaña de éstos anti-AMLO para –indirectamente- posicionar a López Obrador como un candidato anti-sistema o mejor dicho, el único candidato antisistema. Ellos creen que lo debilitan, pero al contrario lo fortalecen.
El peligro es que estas personas verán disminuidos sus ingresos por el efecto del triunfo del que no es su similar en la arena política es lo que los mueve en una desesperación que parece enfermiza. Dejarán de tener influencia, beneficios, bonos económicos y ventas de publicidad para sus empresas familiares, con el solo hecho que el nuevo gobierno dé más concesiones y permisos para que más empresarios del ramo abran más opciones de radio.
Piensa mal y acertarás. Lamentable que lo que no lograron en los pasados seis meses, ahora en un mes lo puedan revertir. Patética la simplificación de la contienda electoral por la poca comprensión de los medios y sus hombres que simplemente no se adaptaron a las nuevas realidades del periodismo. Ahora las notas están en la web ya no más en una sala de redacción.
Aprovecho para agradecer a Diego Giraldo y a La Prensa de Chicago, Ill. Semanario impreso que llega a 50 mil familias de hispanoparlantes en Chicago cada semana que en su última edición 663 del 11 de mayo, en el cual he colaborado hace años, me rinde inmerecido homenaje en portada y publica dos colaboraciones, gracias.
Gracias por su lectura y seguirme en twitter y facebook
@raulcaraveo
*Raúl Caraveo Toledo es licenciado en ciencia política por la UAM, ex catedrático de las Facultades de Psicología y de la Facultad Ciencias y Técnicas de la Comunicación de la Universidad Veracruzana, ha sido analista de estudios económicos de PEMEX y Consejero electoral del IFE-INE de Quintana Roo de 2005 a 2015, ex asesor de la XIII legislatura de Quintana Roo, Conalep Quintana Roo, escribe para www.sdpnoticias.com www.tmj.mx www.pedrocanche.com www.gobernantes.com www.revistadigitalqr.com.mx www.todoincluidolarevista.com www.noticaribe.com y en Chicago ce www.laprensaus.com y www.vocesmigrantes.com |
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