El destino de un aeropuerto en el Lago de Texcoco, como proyecto trans-trans-sexenal está en juego, la obra monumental que pretende ser emblema del sexenio de Enrique Peña Nieto se tambalea a punto de ser rechazada; primero como un tema promesa de la campaña política de Andrés Manuel López Obrador y segundo, como un primer acto de gobierno bajo el esquema innovador de la consulta ciudadana, otra promesa de campaña.
El Presidente electo AMLO dio el paso correcto al someter un acto que provoca controversia a una consulta popular inédita, es decir única en su género, no hay quien en su sano juicio rechace que un gobernante someta a la consideración de los gobernados una medida importante. Sin embargo en México sí; escritores, analistas y locutores convertidos en editorialistas con mentiras y malabares dialécticos rechazan la consulta, acostumbrados al autoritarismo que los benefició siguen en su inalterable plan. Bien por ellos se exhiben.
Es el primer ejercicio de lo que vendrá, con un marco legal nuevo y las características que el legislativo perfeccionará, metodología, logística, etcétera. En el caso actual en INE no es confiable y, además, es muy muy caro. Tenemos los Consejeros electorales mejor pagados del mundo y cualquier ejercicio de ellos es increíblemente caro.
López Obrador al abrir el debate y la confrontación de proyectos e ideas, removió la tersa transición, entonces se abrieron dos frentes; el que apoya continuar con la construcción del aeropuerto en el Lago de Texcoco que cerraría dos aeropuertos de la CDMX y el proyecto que acondicionaría esos dos aeropuertos el de Santa Lucía y el actual aeropuerto de la CDMX.
La defensa de la continuación del proyecto de Aeropuerto en el Lago de Texcoco ha sido muy tibia por parte del actual Presidente Enrique Peña Nieto y su desprestigiado Secretario de Comunicaciones y Transportes Gerardo Ruiz Esparza; ambos personajes más cerca de los juicios por responsabilidad en innumerables actos de corrupción que de cualquier otro evento. Lo más ilustrativo de este ejercicio es la férrea defensa que éste proyecto hacen conspicuos personajes públicos de algunos medios, curiosamente los mismos que se desgarraban las vestiduras pregonando que las encuestas previas al uno de julio podrían fallar y que ganaría su candidato el priista José A. Meade. Los mismo y con los mismos argumentos.
¿Qué carajo les pasa?
Si el voto del uno de julio favorecía a López Obrador; pasaría la catástrofe mundial focalizada en México; caída del peso, fuga de capitales, debacle económica, paralización. En fin, los mismos hoy se dedican a declarar en todos los programas de televisión y radio, por comentarios periodísticos; si se cancela el proyecto del aeropuerto en el Lago de
Texcoco; un ejemplo por Televisa todos sus comentaristas dedican horas en atacar dicha cancelación; Carlos Loret, Denise Maerker, Joaquín López Dóriga, Raymundo Riva Palacio, René Delgado, Leo Zuckermann, Leopoldo Gómez, etc.
En otros medios como Excélsior son Pascal Beltrán del Rio, Francisco Garfias, Enrique Mercado, Carlos Vázquez, David Páramo, Federico Reyes Heroles. El Universal con José Woldemberg y Ana Francisca Vega; Héctor Aguilar Camín del Milenio; Sergio Sarmiento y Genaro Lozano del Reforma; Alberto Aguilar de El Heraldo; Gabriel Casillas de El financiero, entre otros.
Los mismos personajes auto nombrados líderes de opinión que no lograron acertar –ni tantito- a la pasada elección del uno de julio, hoy nos quieren convencer con falaces argumentos que la tragedia caerá una vez cancelado el Proyecto; se devaluará el peso, la inflación se disparará, se fugaran los dólares, la confianza de los inversionistas internacionales se esfumará; todo el escenario más catastrófico inimaginable caerá en la geografía nacional.
¿En serio creen ser los más inteligentes, líderes de opinión?
No les basta con horas de transmisión ni con ríos de tinta desperdiciados. La única oposición enmascarada al naciente régimen de Andrés Manuel López Obrador hoy permanece simulada en un periodismo libre pero no autónomo.
La cancelación del Proyecto Lago de Texcoco significa el último eslabón de la cadena de errores, corrupción e impunidad del sexenio de Peña Nieto y su selecto grupo de empresarios privilegiados a modo de cerrar un capitulo que les permita operación de capitales para la operación política. ¿Cómo podemos creer? Si son los mismos autores de La Estafa Maestra, La Casa Blanca, Odebrecht, César Duarte, Javier Duarte, Roberto Borge y media docena más de Gobernadores detenidos.
Quien puede dar un voto de confianza a el más ambiciosos proyecto del Presidente Enrique Peña Nieto. Que por cierto sus defensores jamás abordan temas como el daño ambiental, el ecocidio, las aves, el agua, la sobre densificación de la zona, en fin; tantos temas que mañosamente no quisieron exponer.
El debate no es solo un proyecto fallido, significa muchos temas más, benditos los ánimos de abrir la participación, discusión discernimiento de los problemas nacionales a todos los ciudadanos. Bienvenida la Cuarta Transformación.
Gracias por su lectura y recomendación en twitter y facebook
@raulcaraveo
*Raúl Caraveo Toledo es licenciado en ciencia política por la UAM, ex catedrático de las Facultades de Psicología y de la Facultad Ciencias y Técnicas de la Comunicación de la Universidad Veracruzana, ha sido analista de estudios económicos de PEMEX y Consejero electoral del IFE-INE de Quintana Roo de 2005 a 2015, ex asesor de la XIII legislatura de Quintana Roo, Conalep Quintana Roo, escribe para www.sdpnoticias.com www.insurgentepress.com.mx www.gobernantes.com www.revistadigitalqr.com.mx www.todoincluidolarevista.com www.noticaribe.com y en Chicago ce www.laprensaus.com y www.vocesmigrantes.us |
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