Uriel Flores Aguayo
Para que mejore la vida colectiva en Xalapa, en materia de movilidad con transporte público, no se requiere mucho. Basta con funcionarios mínimamente competentes y honestos, medidas con sentido común y , sobre todo, la voluntad política de los gobernantes. Es indispensable que le den la importancia que tiene, tanta como que se trata del desplazamiento de miles de personas todos los días; es una actividad masiva que debe encararse con seriedad y anteponiendo el interés general. En el fondo se debe romper con un sistema de recaudación informal a costa del caos y maltrato a los usuarios del transporte público en Xalapa. Parece una serie televisiva de terror o de humor. Echemos un ojo a su realidad y a las acciones que deben implementarse: de inicio hay que sujetar a la ley los tipos y condiciones de los autobuses y camionetas, no se debe permitir que den el servicio si están en mal estado, además de la limpieza correspondiente ; la capacitación de los choferes y su aspecto no debe ser tomado a la ligera; deben ordenarse las rutas, evidentemente están saturadas y no obedecen a criterios técnicos de planeación; el establecimiento de espacios exclusivos y señalados claramente para hacer las paradas darían seguridad al pasaje y agilizarán la circulación, no debe seguir permitiéndose la invasión de taxis ahí;las líneas de transporte deben contar con terminales, actualmente se concentran y parten de las calles o terrenos improvisados, etcétera. En algunos de estos puntos hay solvencia y obvia superioridad de dos o tres empresas, que son excepciones. Para lograr esas mejoras es necesario que se involucren las autoridades Estatales y las municipales; las primeras en lo normativo, las segundas en lo operativo. Tiene que abrirse algún convenio para que el Ayuntamiento tenga mayor intervención en una problemática que afecta a la mayoría de los xalapeños. Por cierto, los agentes de Tránsito parecen insuficientes en número y casi nunca se les ve haciendo su trabajo donde hacen falta. No se descubre el hilo negro. Padecemos un transporte público de tercera, no digno de la Capital de Veracruz, y atentatorio a la seguridad de sus usuarios. No es para nada asunto de ideologías, ni de colores partidistas, se trata de nuestra vida pública, del interés general y de las responsabilidades básicas de las autoridades. Mucho bien le vendría a Xalapa la aplicación de un programa de reorganización del transporte público. Urge.
Recadito: bien por los arreglos en el Palacio de Gobierno estatal. |
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