El diario consentido de los veracruzanos, Notiver, nació un 12 guadalupano y sigue, a sus 50 primeros años, informando a la sociedad veracruzana. Es un diario que en sus atardeceres y amaneceres informa a la ciudadanía. Referente de las cosas buenas y malas que han ocurrido allí, ha visto pasar presidentes municipales y gobernadores y con todos ha tenido un análisis serio de su caminar por la política. Yo Mero comencé a escribir allí en un octubre del año 2000, recuerdo que fue en una gira de trabajo del gobernador de las estrellas, Miguel Alemán Velasco, cuando a Chicago llevó una réplica de la cabeza Olmeca del escultor Ignacio Pérez Solano, originario y cuenqueño de Tlacotalpan, para entregarla al alcalde de Chicago. Desde esa época ahí vamos, escribiendo y narrando historias para los veracruzanos. Contando las cosas que se pueden contar y relatando historias del mundo, cuando se viaja. Por ese diario han pasado muchas plumas de prestigio, algunos han dejado esta vida y desde allá deben mirar que su periódico sigue firme, en manos y bajo la dirección de su jefe, Alfonso Salces Fernández, en compañía de su esposa, Rosario y de sus hijos, todos ellos aportando su empuje a ese diario. Por el pasaron historias, como aquel crimen atroz a Luis Donaldo Colosio, que el diario alcanzó tiraje record de 50 mil periódicos, que para un diario de provincia eso es un record, manito, diría un paisano. Los días 12 de diciembre, la empresa muy humanitariamente y como reconocimiento a su trabajo, lo dedica exclusivamente a todos sus trabajadores, desde las y los vendedores de periódicos y todo el personal, talleres, intendencia, columnistas, todos tienen su comida y pachanga jarocha. Gracias a ese trabajo, conocí el caso de muchas madres que, al repartir el diario cada mañana, lloviera o hubiera norte, lograron darle carrera a sus hijos, hoy algunos son médicos, otros mecánicos, electricistas, profesionistas, pues. El trabajo de sus madres o padres les rindió frutos y eso es una ventaja plena. Larga vida a Notiver, que viva no otros 50 años más, que viva mil años |
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