*POBRE NICARAGUA ¡Y MÉXICO NO CANTA MAL LAS RANCHERAS! EL LENGUAJE DE ODIO DEL PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA, EN SUS MAÑANERAS, ESTÁ ABRIENDO UNA BRECHA PELIGROSA PARA EL PAÍS. SHEINBAUN YA DIO EL PRIMER PASO, CON TAL DE QUEDAR BIEN CON EL PRESIDENTE.
*¿QUIÉN PERMITE LAS TROPELÍAS EN LAS CORPORACIONES BAJO EL MANDO DE LA SSP? MULTAS EXORBITANTES EN TRÁNSITO DEL ESTADO POR SERVICIO DE GRÚAS Y EL CORRALÓN ¿A DÓNDE VA A PARAR TODO ESE DINERAL?
El 4 de diciembre de 1860, el presidente Benito Juárez decretó la Ley sobre libertad de cultos, redactada por Juan Antonio de la Fuente, ministro de Justicia e Instrucción Pública. A partir de entonces, los líderes de cultos y religiones en México celebran cada 21 de marzo, no sólo como la llegada de la primavera o el natalicio de Juárez, sino como el momento que se permitió en nuestro país que, cualquier religión o culto, podía ser practicado abiertamente.
Finalmente, llegó el 14 de junio de 1926, cuando el presidente Plutarco Elías Calles, buscó controlar y limitar el culto católico en México, ocasionando que volviera a estallar una rebelión interna conocida como: “La Cristiada” o guerra cristera y que duró tres años con un costo estimado de 250 mil mexicanos muertos.
Muchas historias de hombres valientes durante esa guerra han sido consignadas en la música mexicana, destacando el famoso corrido de Valentín Ávila Ramírez, que fue fusilado y colgado en la sierra. Junto con su hermano Andrés, se enrolaron en “la bola” en 1914 y sobrevivientes de ello, más tarde se unieron, en 1926, a las fuerzas de Pedro Quintanar, un hacendado que combatió la Ley Calles y que es reconocido como uno de los principales cristeros.
Luego, entre 1934 y 1936 hasta 1938, una segunda etapa de esta guerra estalló en gran parte del país. La “Ley Calles”, buscó limitar las manifestaciones religiosas, con la finalidad de hacer valer el 130 de nuestra Carta Magna emitida en 1917, sin embargo, se ocasionó un conflicto entre los católicos y el gobierno que ahondó la brecha que la revolución pretendió cerrar en su momento y que culminó en 1928, con el asesinado del general Álvaro Obregón, en el restaurante “La bombilla”, de la ciudad de México, tras un complot orquestado por gente del clero y que encargó a José de León Toral, la macabra labor.
Casi noventa años han pasado desde aquellos trágicos sucesos y hoy nos estamos enterando que, en Nicaragua, el héroe de guerra Daniel Ortega, está emprendiendo una lucha feroz en contra del clero católico, sus labores pastorales, evangelizadoras y sociales, incluyendo, a las misioneras de la caridad, que desde 1988 se asentaron en el país centroamericano, con la visita de la Madre Teresa de Calcuta, quien se reunió, precisamente, con Daniel Ortega, cuando fue presidente de Nicaragua por primera vez.
La información que circula desde ese país hacia el exterior señala que “las monjas no han cumplido con ‘ciertas’ obligaciones legales, infringen la normativa contra el ‘blanqueo de capitales’, financian el terrorismo, así como la introducción de armas al país.” Las imágenes que circulan en redes sociales son desgarradoras, la solidaridad del pueblo con el clero todavía es estrecha, sin embargo, la fuerza y el autoritarismo comienza a prevalecer en ese pequeño país centroamericano.
En México, las declaraciones del presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, están orientadas en ese aspecto, desacreditar al clero, acusarlo, acorralarlo mediante frases que exaltan el odio entre hermanos mexicanos; López Obrador dice que, durante los regímenes anteriores, el clero nunca protestó y ahora, se abalanza contra su régimen porque está perdiendo canonjías, porque está perdiendo poder y, sobre todo, está perdiendo dinero que antes, recibía de las instituciones públicas.
En la CDMX, Claudia Sheinbaun ya ha tenido la oportunidad de demostrar su poder en contra del clero católico, son muchas las constancias de sacerdotes y religiosas que son acosados, secuestrados e incluso, desaparecidos, por la persecución que, sin duda, está iniciando Claudia Sheinbaun para quedar bien con su presidente.
Lo que olvidan, es que, es precisamente en horas aciagas, como las que estamos viviendo, cuando el pueblo recobra la memoria y no perdona, que al pueblo le puedes tocar, incluso a la madre, pero lo que no está permitido que le toquen son, en primer lugar, a la virgen de Guadalupe y después, el fútbol, que, por cierto, también ha sido tocado por los gobiernos emanados de Morena y con funestas consecuencias. Desafortunadamente para todos, todo esto apenas empieza y a como van las cosas, la fecha de caducidad está, todavía muy lejos.
Por otro lado, la mayoría de las veces, la realidad supera y con mucho a la ficción. En estos tiempos en los que impera la violencia y los cuerpos encargados de velar por la paz y la tranquilidad de los mexicanos, obedece a intereses diferentes. Baste recordar ese video en donde, un hombre, al evitar ser detenido, fue asesinado frente a su familia por lo que, parecen, elementos de la policía.
Cabe preguntar: ¿Quién está detrás de los atropellos de -por fortuna, no todos- los elementos de las diferentes corporaciones bajo el mando de la Secretaría de Seguridad Pública? A lo largo de los años y dentro del quehacer periodístico, hemos podido ver que, aún detrás de los más sencillos delitos, hay inmiscuidos policías, bien como encubridores o peor, como las cabezas que comandan esos ilícitos.
Por citar un caso: Veracruz se convirtió en el Estado del absolutismo, llegando, incluso, a darle poder al gobernador para deshacerse de sus competidores políticos, -así lo demuestra su actuar- mediante una ley de protección a los elementos de las diferentes corporaciones que aglutina la SSP; sin ir muy lejos, los relatos de los transportistas son variopintos, desde la multa por una direccional, por ascenso y descenso de pasaje en lugar prohibido o simplemente, por levantarle la voz a un agente de tránsito, hasta el encierro de la unidad por “amenazar” a los agentes que “cumplen” con su trabajo porque, ya se considera “ultrajes a la autoridad”, situación que, no ha sido la ley, en sí, la que lo propicia, sino los hechos en los que, el gobernador y el secretario de gobierno, aunque lo niegan, caen al hacer un uso a conveniencia de la citada ley.
Ya salió del Río, ya salió Pasiano y Franco todavía está en prisión; pero volviendo a tránsito, un taxista, tendrá que pagar una multa de más de mil pesos por agresiones, más un arrastre de poco más de 5 mil pesos y un corralón de no menos de 15 mil pesos y, si el que cometió la falta, fue un ciudadano, simplemente con aliento a alcohol ¡Ni se diga! Los costos se disparan aún más, por eso, es que muchos corralones se encuentran llenos de vehículos que nadie va a reclamar porque, sale más barato comprase otro, que pagar el arrastre y el corralón ¿Y quién permite todo eso? Mejor aún, ¿A dónde va a parar todo ese dineral? Por hoy, sea usted estimado lector, el que saque sus propias conclusiones, pero tenga cuidado porque, si se le ocurrió leer la presente columna en su celular y va manejando, va a ser objeto de una multa y, si “se pone al brinco”, tendrá que pagar el arrastre y el corralón. |
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