Hasta nuestra redacción nos ha llegado la información de que, en la Dirección de Tránsito, están ocurriendo anomalías que ya no pueden seguir pues, quienes nos hacen llegar los datos, aseguran que el director de la dependencia, es una persona honorable y es por eso que, de la manera más atenta, solicitan que se investigue a Rafael Rocha Hernández, jefe de peritos y a Julio César Velázquez Jiménez, sub director operativo pues, entre ellos, han colocado a personal, cobrándoles de 15 a 100 mil pesos y además, cobran cuotas a todo el personal operativo; quienes nos proporcionan los datos, aseguran que, aquellos que se oponen al método que se describe, son removidos y, si bien les va, cambiados de delegación, de lo contrario, son despedidos de manera injustificada, mientras que, si quien se opone es mujer, le son solicitados, otro tipo de favores. Sabedores del desempeño y los resultados del Director de Tránsito, secundamos a quienes nos proporcionan estos datos pues, no es posible que, el buen nombre de una persona honorable y que ha llegado a la dirección de tránsito con la intención de poner orden y terminar con la corrupción imperante, se vea envuelto en estos desagradables temas que, desde que cambió el gobierno, los veracruzanos estamos esperando se den, lo más pronto posible. Mientras tanto, es importante que la contraloría interna de la dirección general de tránsito, tome cartas en el asunto y e resultar ciertos los datos de corrupción que se mencionan, en contra de Rafael Rocha Hernández y Julio César Velázquez Jiménez, jefe de peritos y sub director operativo respectivamente, se actúe de inmediato, para evitar que siga creciendo este tipo de actividades ilícitas, dentro de la dependencia, porque, ambos funcionarios, hacen alarde de estar “bien parados” con un alto funcionario del gobierno del Estado.
Sabemos que, las traiciones al interior de Morena, parecen imparables, pero la intromisión de quien, presume ser “el vice gobernador”, no tiene límites y Manuel Huerta Ladrón de Guevara, está echando a perder todo el trabajo que se requiere para sacar adelante al Estado, entre otras cosas, por su ambición malsana y el afán de demostrar que, aún sin el favor del presidente de la República, es capaz de controlar la política en nuestro territorio, por sobre las órdenes del gobernador, aunque eso signifique, el sacrificio de los veracruzanos. El haber movido sus piezas en el Congreso, para crear una nueva bancada hace que el poder sea en favor de una minoría, al mismo tiempo nos hace pensar que, Huerta Ladrón de Guevara, está haciendo alianzas con los “enemigos” de Veracruz, representados por, la insaciable ansia de poder de los Yunes. Manuel Huerta Ladrón de Guevara, en sus sueños de opio, cree que puede controlar la política veracruzana desde su posición de delegado federal, o como se le ha dado en llamar: Súper delegado. Olvida que, entre otras cosas, lo único que tiene, es un grupo que carece de la suficiente experiencia para poder controlar, por lo menos, un municipio, tal como podemos verlo en Xalapa, donde el Doctor Pedro Hipólito Rodríguez Herrero, no da pie con bola, en su afán de querer gobernar el principal municipio de Veracruz. Se ha ido Ivonne Cisneros del ayuntamiento, pero en su lugar, llegó Aurora Castillo, fiel seguidora de Manuel Huerta desde que eran estudiantes; es desde la sindicatura como, Manuel Huerta, está controlando a Hipólito Rodríguez, no lo deja moverse porque, el académico no sabe de política y Ladrón de Guevara supone que, los contactos que tiene, le van a dar la suficiente fuerza para poder mover, a su antojo, los destinos de los veracruzanos. No es posible que un gris ex legislador federal, que solía protestar por todo, de una manera nada ortodoxa y sin haber ocupado la máxima tribuna del país para ello, crea tener la suficiente experiencia para mover la política veracruzana a su antojo. Olvida que, el haber llegado a Morena, obedece, más que otra cosa, al servilismo prestado a López Obrador durante un corto periodo de tiempo, olvida que, en más de una ocasión, el presidente de la República ha demostrado que Cuitláhuac García Jiménez es el gobernador y no, Manuel Huerta quien, está demostrando que, lo único que busca, es continuar con una etapa política de la cual, los veracruzanos estamos hartos y por eso, primero sacamos al PRI de la gubernatura y después, al PAN; Manuel Huerta olvida que, él mismo dijo, antes de las elecciones, que no se iba a ganar la gubernatura de Veracruz, por eso, desde la presidencia de Morena, puso candidatos desconocidos, para que el hijo de Miguel Ángel Yunes, pudiera ganar con facilidad, pero los desconocidos resultaron ser personajes fieles a la causa de Manuel Huerta, no a la de Morena y demuestra con ello, una ambición más grande que, el bienestar de los veracruzanos, palabras que en más de una ocasión ha dicho, en repetidas conferencias de prensa, en medio de una actitud de redentor la cual, nada tiene que ver con su verdadera realidad de personaje en busca del beneficio propio, del reconocimiento, el aplauso y sobre todo, en busca del favor del presidente de la República para, así, poder colocar a “su gente” y con ello, cumplir con sus compromisos políticos. Ya lo demostró en el Congreso del Estado y la presidencia municipal de Xalapa ¿Qué pensará el gobernador que no habla con el presidente para poner orden en la casa? ¿Acaso será que, no le importan los veracruzanos?
Mientras tanto, en la Secretaría de educación de Veracruz, Zenyazen Escobar es puesto en el ojo del huracán porque, ni estudió en la Benemérita Normal Veracruzana, ni tiene el perfil adecuado para hacerse cargo de tan importante despacho, no hablaremos de su pasado pues, muchos hay que, siendo estudiantes, tuvieron que sobreponerse a la adversidad, de diversas maneras, para salir adelante, pero el hacerse pasar por lo que no es, sólo porque tiene el apoyo del gobernador, nos parece, sinceramente, una actitud que lastima a la juventud veracruzana y pone, sobre la mesa, la actitud de control total de López Obrador que, para ganarse el favor popular, obsequia becas a los llamados ninis, pero disminuye sueldos a los trabajadores que mantienen el municipio, Estado y país caminando como se debe pues, si alguien sabe, son ellos. También, vemos con tristeza como, el otrora defensor de las causas magisteriales, no se preocupa por los maestros, menos en estos momentos en los que, sus sueldos son rasurados a conveniencia del Presidente de la República, quizá, con tal de pagar la deuda del aeropuerto que, por consulta, ya no se hizo, a lo mejor es nuestra imaginación pero, si realmente Zenyazen Escobar fuera un verdadero defensor de las causas magisteriales, ya estaría buscando la forma de, poner manos a la obra en las escuelas, tecnológicos, telesecundarias y preparatorias en las que, el presidente de la República, está realizando recortes para poder darle becas a los ninis, que pena que, alguien con la etiqueta de luchador magisterial resulte ser, como en los viejos tiempos, un trepador político que, sólo busca quedar bien con su padrino político y, desafortunadamente, es el gobernador del Estado quien tiene que lidiar con todos esos yerros que lo hacen quedar, peor de lo que, los veracruzanos, dicen de él.
¿Cuál será un buen secretario de despacho en Veracruz? No hay muchos; vemos, por ejemplo, que el doctor Ramos Alor, es de los pocos que se están encargando de hacer su trabajo, sin buscar los reflectores, sin el elogio y sobre todo, demostrando que, lo suyo, es el bienestar de la gente, tal como lo demostró las navidades pasadas, cuando, en gira de trabajo, se quedó a atender a la gente en una clínica en la que, por lo que sea, faltaba personal médico y él, el doctor Ramos Alor, estuvo atendiendo pacientes hasta el mediodía del 25 de diciembre, a pesar de ser, el Secretario de Salud y con esa acción y otras que ha venido demostrando, está colocándose como, el mejor secretario de despacho y sobre todo, con una gran vocación de servicio y lo demuestra, en cada visita y con cada acción realizada en beneficio de los veracruzanos que, requieren de las más elementales atenciones de salud. No tengo el gusto de conocerlo, ni siquiera lo he saludado y sin embargo, eso o impide que se reconozca que, el Dr. Ramos Alor, en cuanto a vocación de servicio se refiere, está demostrando, con creces, que su puesto no fue un obsequio, mucho menos, un pago de factura, sino por el contrario, una posición para alguien que ve, en los veracruzanos, a semejantes que necesitan atención y apoyo y, si se puede ayudar a la gente desde la secretaría, así lo está haciendo. |
|