No hay otra, el Partido en el poder, léase PRI, está desesperado. En estas elecciones, es casi seguro que a estas alturas se está fraguando el fraude electoral más grande de la historia de México y con este fin, se están utilizando instituciones como la Procuraduría General de la República (PGR) y el CISEN que no tan sólo es el aparato de inteligencia, sino de espionaje de la Secretaría de Gobernación debido a que, el PRI tendrá que utilizar todas las estrategias sucias de las que ya ha hecho uso, de lo contrario, su fin es inminente.
La guerra sucia es con todo, la infamia, la injuria, la calumnia orquestadas desde el interior de estas dos dependencias que son desde donde el PRI lanza sus misiles hacia sólo dos objetivos: Anaya y López Obrador mientras que, el candidato del partido en el poder, no levanta ni con levadura; es un tipo cero carisma, cero simpatía, simplemente, no sabe de política.
Hay quienes dicen que es un eficiente burócrata y que por esa virtud, ha sido funcionario en dos administraciones con diferentes siglas partidistas, la estrategia desfasada en estos momentos es, deslindarlo del PRI y hasta de su presidente y hacerlo parecer como “candidato ciudadano” pero nada funciona, se olvidan que no es político, sino un tecnócrata que no sabe cómo tratar a la gente y hasta la evita.
Meade es el peor candidato que ha tenido ese partido, peor incluso que el incómodo Labastida, al que le tocó cargar con el efecto Fox en las elecciones federales del 2000 o Madrazo, el enemigo de Obrador y que, gracias a su víscera, impulsó al tabasqueño al gobierno del Distrito Federal hoy CDMX y con ello, a buscar en la presente elección, por tercera ocasión la presidencia de la República.
De no fraguarse este fraude, téngalo por seguro, estimado lector, que el PRI se llevará la peor derrota de su historia, aún a pesar del asesoramiento de elementos nacionales y extranjeros, aún a pesar de los “sabios consejos” del maquiavélico de Salinas y es obvio que esto se debe al trabajo hecho durante el sexenio de Peña Nieto, el peor de todos los presidentes habidos y por haber emanados de ese instituto político.
Peor incluso que Ernesto Zedillo Ponce de León, quien entregó el poder al PAN en el 2000 pues, en este sexenio ha sido donde, la corrupción en la que, más de 20 gobernadores se vieron envueltos, ha sido tan evidente la “ineptitud” de las autoridades a pesar del millonario desfalco causado a varios Estados de la república y por consiguiente, al país, que sólo unos cuantos ex gobernadores y eso, con tintes políticos, han sido encarcelados pero sin obtener el castigo que les corresponde por el daño patrimonial causado al erario público.
La impunidad y el cinismo han sido los factores que han marcado el presente sexenio en donde el odio, el rencor y el resentimiento del pueblo de México, donde sólo los ciegos y los sordos no quieren ver ni oír que el PRI es el partido más odiado del país y que su presidente supera el odio y el rencor que la gente le tiene a ese partido, serán la causa de la inminente derrota de dicho instituto político que por más de 80 años vivió y se mantuvo en el poder, gracias a la ignorancia de la gente.
Hoy se volverán a poner de moda las tarjetas Monex y Soriana, las pantallas de plasma, las despensas, el uso clientelar de los programas de asistencia social que, en el sexenio de Duarte calificaran como “Oro molido”, serán moneda de curso legal antes, durante y el día de la elección pero, ni aso hará que el pueblo de México vote por la alianza PRI-Verde.
Y aunado a esto, Televisa prepara su Teletón, cambiándolo de diciembre a marzo debido a que, gracias a las redes sociales, se ha perdido toda posibilidad de cooperación en algo que, evidentemente pinta para financiar la elección a favor del partido en el poder, desde la televisora del Ajusco, vía la “Cooperación popular” a favor de “los que más lo necesitan”.
Veracruz no se salva de la presente debacle pues, Duarte y su gente lo dejaron tan devastado que, hoy, a pesar de tener un excelente candidato, la imagen del partido será la que, a pesar de las buenas intenciones y una gran carrera política, difícilmente logre obtener, aunque sea, una senaduría y esperamos estar equivocados. |
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