Vaya lío que traen el presidente Andrés Manuel López Obrador y los magistrados del Poder Judicial de la federación y todo porque el presidente está encaprichado en bajar los salarios de jueces, magistrados y ministros. A decir verdad, la demanda del tabasqueño es que los altos salarios en ese poder son ofensivos para la pobreza que hay en el país. Sin embargo, pareciera que lo único que ha buscado es desacreditar a ese poder con su clásico populismo y bajo el argumento de que “el pueblo es el que manda”.
AMLO debiera demostrar si realmente cobra 108 mil pesos y si no se le agregan prestaciones y compensaciones lo cual no tendría nada de malo. Pero si a ello se le agrega que es el propietario y líder moral de Morena, habría que ver si de todos los millones que recibe su partido le corresponde alguna tajada, lo cual no dudamos y hasta eso, a sus seguidores no les parecería malo, pues recurren en redes sociales a todo tipo de argumentos para defenderlo aún y cuando esos argumentos estén fuera de toda lógica.
Lo que sí hay que aclarar es que el Poder Judicial es autónomo y el gobierno federal no tiene injerencia allí, por más que le duela a él (AMLO) y a sus seguidores.
Por lo menos hasta ayer, se contabilizaron alrededor de 60 ejecuciones y seis secuestros en lo que va de la administración de Cuitláhuac García. Y por supuesto, son cifras reales, nadie las ha inventado y el mandatario no tiene de otra más que apechugar, pues esos fallecidos y secuestrados van a su contabilidad. Le corresponde tomar acciones si es que las tiene programadas con su secretario en el área de la Seguridad Pública, Hugo Gutiérrez Maldonado que tuvo el tiempo suficiente para planear algo y no está a la vista, por lo menos no hasta este momento. Si la idea es repoblar de policías los municipios con mayor índice de violencia y desapariciones no parece acertado, pues lo que se debió hacer desde un principio fue limpiar las corporaciones, esa es la base para que no se ligue a las fuerzas del orden con la delincuencia organizada.
La trama de novela en el tema del fiscal Jorge Winckler continúa y los diputados de Morena no quitan el dedo del renglón y buscan opciones para sacar a Winckler de la Fiscalía General del Estado como si fuera “tapón de sidra”. La actitud de los legisladores sentará un mal precedente en Veracruz pues pareciera que sólo se basan en las quejas del abogado Jorge Reyes Peralta, del propio gobernador Cuitláhuac García y de los colectivos que siempre “pintaron su raya” con el fiscal. Con minoría panista y los priistas que vendieron su amor a Morena pareciera que el fiscal no tiene salvación, aunque no dudamos que Winckler tenga un as bajo la manga.
Ya pasaron 11 días y aún no se ve la mano de Cuitláhuac García en el estado. Puro show mediático y no se ven los programas que tenía el gobernador para sacar adelante la entidad. Eso sí, los reporteros y en sí los medios le provocaban alergia y ahora todo ha cambiado. El mandatario y su secretario de gobierno, Eric Cisneros parecen quinceañeros saliendo en las páginas de los principales diarios y en páginas de Internet. Hasta ahora, manifestaciones, acusaciones y muertos. Esperamos que ya comiencen a trabajar y a mejorar la situación de Veracruz pues con puras acusaciones esto no va a levantar.
Uno de los secretarios que ha encontrado más resistencia y que creemos que no durará mucho en el cargo es el de Educación. Así es, Zenyazen Escobar se peleó con todo mundo y eso le generará muchos problemas. Del mismo modo, tiene que ser reservado y tratar muchos de los asuntos delicados en audiencia con los líderes sindicales y no andar regando declaraciones de corrupción por todos lados. Es verdad, hay una auditoría y ella reflejará los malos manejos –si es que los hubo- y si no, deberá encontrar el modo de superar las cosas y comenzar a trabajar. La misión no es consentir a los maestros, ni a los grupos, sino brindar la mejor educación y llegar a todos los rincones para abatir el analfabetismo. |
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