Brenda Caballero
Apenas veo un rato la televisión y el bombardeo es increíble. De 3 comerciales, dos son
del Buen Fin o lo que es lo mismo, el Fin de Semana más Barato del Año.
En realidad eso de “más barato” no es totalmente cierto, al menos yo lo comprobé, pues
hace tres días busqué un perfume que hoy está incrementado su precio en casi doscientos
pesos. Igual, varios cibernautas exhibieron casos donde el precio estaba igual, no hubo
disminución, la única diferencia era únicamente que había “meses sin intereses”, es decir,
su deuda se la dividen en “cómodos” pagos de hasta un año o más.
Realmente son tentadoras las ofertas, pues las grandes tiendas departamentales ponen
descuento sobre descuento, más meses sin intereses. Aunque si lo analizamos bien, los
mayores descuentos están en la ropa y zapatos, artículos que no han tenido mucha venta
en el año pues me tocó ver ya varias ventas nocturnas con una diferencia de semanas.
Toda la mercadotecnia del Buen Fin está perfecta para que compremos y compremos a
manos llenas… bueno, más bien con tarjetas de crédito que llenas en un abrir y cerrar de
ojos, pero dijera Hacienda: “Puedes ganar un premio de hasta 250 mil pesos”, ya que cada
año, el SAT sortea una bolsa de 500 millones de pesos en premios; para entrar al sorteo,
todas las compras hechas del 15 al 18 de noviembre, mayores de 250 pesos que pagues
con tu tarjeta de débito o crédito, serán registradas para entrar al sorteo del SAT en el que
aparte del premio mayor escogerá a 390 mil ganadores que pueden recibir entre 500 y 20
mil pesos.
Hay que aclarar que no todos los negocios participan. Para el SAT deben de tener ciertos
requisitos como su RFC, su opinión de crédito positiva y el buzón tributario activo. En otras
palabras, los empresarios cumplidos.
Mucho se habla sobre el Buen Fin. Desde el aspecto social se refiere a que podemos
comprar más barato, algo así como sucede con el Black Friday estadounidense. Sin
embargo, no hay comparación. Allá sí hay verdaderos descuentos.
Desde el aspecto empresarial se menciona como una oportunidad para los empresarios de
incrementar sus ventas y por ende, para el país, fomentar su economía que no tiene
buena cara. Pero, ¿y para la autoridad? ¿Cuál es el verdadero objetivo? ¿Apoyar a los
empresarios y malos ciudadanos?
Existen tantos rumores como aquél que menciona que el SAT espera que gastes más de lo
que ganas y caigas en discrepancia fiscal. En realidad, no sé si sea así, pero bien dice el
dicho: “cuando el río suena, agua lleva”…
Lo que sí es verdad es que si el Buen Fin funciona, debe haber más ingresos en las
declaraciones de los empresarios para próximo mes. Entonces sí entendería el sorteo del
SAT.
Por lo pronto, varios empleados de agencias de automóviles no han tenido buen fin, pues
fueron despedidos.
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