Brenda Caballero
Primero fue cincuenta pesos; después, sesenta; y la semana pasada ya rebasaba los setenta pesos.
Es increíble pensar que el cono de huevo de 30 piezas haya alcanzado ese precio. Más increíble y hasta imposible comprar un cono de huevo con un salario mínimo.
Otros productos como el aceite, la cebolla, el limón, aguacate, se suman a la lista de productos más difíciles de comprar con el mismo salario. Los 100 pesos que teníamos en enero ya no son suficientes para adquirir tales productos hoy en día.
Definitivamente mucho tiene que ver el incremento de la gasolina y hasta la guerra que vive Ucrania frente a Rusia. El alza de precios y la inflación es un problema mundial, no exclusivo de México como a veces se pretende hacer creer. Por ejemplo, en Perú, el aceite es el producto que más incremento tuvo en su precio.
Nuestro país alcanzó una inflación de más del 7 por ciento anual en los últimos veinte años. Ante tal situación, el Presidente Andrés Manuel López Obrador dio a conocer que se implementará una política de control de precios de 24 productos de la Canasta Básica entre los que se encuentran: aceite de canola o maíz, arroz, atún en lata, azúcar morena, bistec de res, cebolla, chile jalapeño, chuleta de puerco, huevo blanco, jitomate saladet, frijol, limón, manzana, naranja, pan de caja, papa, pasta para sopa, pollo entero, sardina en lata, leche, zanahorias y tortillas de maíz, además de 1 pieza de jabón de tocador y un paquete de 4 rollos de papel higiénico.
La misma polarización política hizo hasta que se recordara el Pacto de Solidaridad Económica que llevó a cabo el Presidente Miguel de la Madrid allá por 1987 o que hasta se llegara a compararnos con medidas que implementan países como Venezuela o Cuba.
Si bien un control de precios no es nada saludable para ninguna economía, puesto que la misma historia en la materia señala que genera escasez de productos y hasta incentiva el mercado negro para poder adquirirlos, basta recordar las leyes básicas de oferta y demanda para entender que el mercado no se controla, y que si se trata de hacerlo, responde negativamente a cualquier economía mundial.
Nosotros mismos lo hacemos; buscamos el precio más barato; no importa si tenemos que recorrer algunos kilómetros de más para poder adquirirlos.
Pero también es necesario entender que la medida de control era necesaria ¿quién compra un cono de 30 huevos en más de setenta pesos con un salario mínimo?
Otra de las medidas que se pretende eliminar al menos durante los próximos seis meses son los aranceles para la importación de productos de la canasta básica así como ampliar a 9 estados la entrega gratuita de fertilizantes.
Aquí, el Gobierno Federal está apostando por los más necesitados, que son la mayoría de la población, los que ganan menos. Pero la pregunta es ¿funcionará dicho plan?
Desde luego que funcionará para los que no les alcanza; podrán comprar un poquitito más, pero sin lugar a duda generará un daño en la economía y también el enriquecimiento de otros cuantos que querrán almacenar y guardar productos, para después revenderlos a un precio mayor.
La medida sin duda tendrá grandes impactos económicos, y eso que no se contemplan rubros que también deberían de ser básicos como la educación y la salud, pues ya pensar en el vestir, el entretenimiento, la cultura y el ahorro es imposible.
Pero coincido: el gobierno federal no podía cruzarse de brazos.
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