Yo confieso que he pecado mucho –dijera la oración– de palabra, obra y omisión. Confieso que hasta hace unos días mis pecados eran capitales: un poco de soberbia, algo de gula, mucho de lujuria y de vez en cuando algo de pereza. Confieso que la envidia no es lo mío, ni la avaricia, pero sí alguna vez se ha desatado la ira en mí.
Dirá usted: ¿A qué se debe esa confesión de mis pecados si usted no es sacerdote ni me dará la penitencia? ¡Pues al discurso del Presidente, el mismo que dio en su Mañanera al sacar a luz el llamado “Pecado Social”. Sí… yo confieso jamás haber escuchado a un Presidente hablar de pecados, pero dijeran por allí: ¡Andrés Manuel lo volvió a hacer! ¡Repartió culpas y hasta pecados!
Palabras más, palabras menos, el Presidente dijo: “Primero decir que es lamentable que estas cosas se estén expresando, manifestado, que se den estas protestas, porque es injusto defender privilegios, es pecado social. ¿Cómo se va a defender a quienes viven colmados de extensiones, de privilegios?” Sus palabras fueron en referencia a los que apoyan al Poder Judicial, en relación a que los Fideicomisos que ascienden alrededor de 15 mil millones de pesos pasen del Consejo de la Judicatura a la Tesorería de la Federación y de allí sean etiquetados para programas sociales.
En la Mañanera del martes, López Obrador hizo que los que están a favor del Poder Judicial ya no sean conservadores, fifís, aspiracionistas, clasistas, corruptos, hipócritas, sino ¡Pecadores! ¡Pecadores sociales!
Con el pecado social, AMLO parece recordar al Obispo Gianfranco Girotti que en marzo del 2008 enumeró las nuevas actitudes pecaminosas del hombre moderno: Las violaciones bioéticas, como la anticoncepción; los experimentos moralmente dudosos, como la investigación en células madre; la drogadicción, contaminar el medio ambiente; contribuir a ampliar la brecha entre los ricos y los pobres; la riqueza excesiva y generar pobreza.
Mahatma Gandhi también habló en 1925 de los 7 Pecados Sociales: Riqueza sin trabajo, placer sin conciencia, conocimiento sin carácter, comercio sin moral, ciencia sin humanidad, religión sin sacrificio y política sin principios.
Aunque viendo ambos, los pecados de Girotti le quedan al Presidente como anillo al dedo para referirse a los que defienden la extinción de los Fideicomisos del Poder Judicial.
Al final, seguramente la extinción de los Fideicomisos se irá a la Corte y el Poder Judicial se quedará con ellos, pues de cierto modo sus ahorros como Poder Independiente se van a los Fideicomisos que tienen, fomentando de alguna manera el ahorro y justificando que nadie puede venir a quitarles lo que han ahorrado.
Pero este pasaje del Presidente sin duda dejará una espinita en la población que esperaba ese dinero para becas y apoyos sociales, una población que en su mayoría, como lo dijo el mismo Presidente, gana 45 veces menos que los magistrados; una población que espera más apoyos para vivir, para sacar el gasto o para pensar en satisfacer sus pecados capitales. Sin duda, ha dejado otra polarización más que seguramente le redituará en los próximos comicios a su partido.
Mientras tanto, a mí me dejó pensando en tantos pecados que me cargo, pues aparte de los capitales, en mi conciencia pesa la contaminación al medio ambiente… Yo Confieso…
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