Brenda Caballero
Me cuenta que lleva 5 días de clases por televisión. Aunque tiene dos opciones de horario, Emmanuel prefiere levantarse temprano a cursar el quinto año de Primaria en Aprende en Casa. Se despierta pasadas las 7 de la mañana, busca el canal y espera a que inicie su clase de 7:30 horas. Media hora para cada materia, hasta las diez, que terminan, aunque me dice que no siempre empiezan a tiempo, incluso a veces no tienen sonido.
Emmanuel extraña su escuela, a sus amigos y maestros... se aburre con esta modalidad pues me dice que hay clases demasiado básicas y otras muy complicadas. “¡No les entiendo! ¡No me explican!”
–¿Y qué haces cuando tienes dudas?
–Le pregunto a mi mamá, busco en internet o espero a que llegue mi papá del trabajo.
“Me gustaría que explicaran qué tengo que hacer en cada video o en cada pregunta”. Aun así, Emmanuel cumple con sus tareas, aunque sean de “puro escribir”. A veces su mamá le toma fotos a las actividades que le encargan y las envía por correo electrónico desde su celular.
Isabel, su madre, me cuenta que hay un grupo de Whatsapp y allí la vocal de grupo les informa las actividades o tareas. Con los maestros también tienen comunicación, aunque no siempre... es por horarios.
Isabel me dice que estos días son de repaso del segundo semestre, del año anterior, “las clases del ciclo escolar inician hasta el 14 de septiembre”, pero asegura también que ha sido complicado para ella, pues a veces toma también las clases con su hijo y se le complican los videos que exponen. Incluso una de sus hermanas habló con el maestro de su hijo y le pidió al maestro suplir las horas de televisión por otro tipo de tareas, pues considera que su hijo no aprende con esa modalidad. Mientras, Isabel espera que a la escuela lleguen los libros de texto gratuitos para su hijo. Emmanuel es implacable: califica con un 5 las clases de Aprende en Casa.
Pagar $300 por mes… ¡Mejor me lo como!
Jessi tiene 12 años. Nunca imaginó que su ingreso a la secundaria fuera en casa de su amiga, ya que tiene que ir allá para poder conectarse al internet. Me cuenta que en su escuela Francisco Javier Clavijero, ubicada en la calle Marina Nacional de la capital del Estado le dieron un cuadernillo para que todos los días conteste las tareas encomendadas y las mande a través de internet, o consulte videos de Youtube. Al parecer no les piden que sintonicen la modalidad de secundaria del Aprende en Casa por televisión, razón por la que sale todos los días a casa de su amiga antes de las 8 de la mañana porque en su casa no cuentan con internet.
Aunque ha sido complicado para ella, me dice que se siente bien, contrario a su hermana Ángela, de 10 años, que extraña su escuela, a sus amigas y jugar con ellas. Ángela me dice que no ve las clases por televisión, su tele no tiene el canal donde las pasan, pero que de la escuela le mandaron un cuadernillo donde trabaja en su libreta y posteriormente manda las fotos por Whatsapp.
Doña Lupe, la madre de ambas, me cuenta que ha sido difícil ya que ella no sabe de sus clases y no le sabe al celular, prefiere que los maestros eduquen presencialmente a sus hijas. Aunque quisiera apoyarlas, ella es el sostén de la familia... se levanta muy temprano a ordeñar sus vacas, a repartir la leche y a hacer queso. “De vez en cuando le pongo 100
pesos a mi celular, que me dura 15 días, porque Pagar $300 por mes para internet…¡Mejor me lo como!”
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