Brenda Caballero
“Oye Brenda, ¿cómo estará eso de las tarjetas de crédito?” Me preguntan. Y hasta cierto punto es normal
la incertidumbre de comprar a crédito o el miedo de usarlo, pues nos bombardean desde hace varios
días con videos por redes sociales y whatsapp de que el próximo año seremos fiscalizados por el SAT
si usamos tarjeta de crédito, y hasta surgió por allí el rumor de que pagaremos por usarlas... ¡todo por
la reforma de facturación instantánea ligada al pago con tarjeta que tendremos para el año 2020!
En México es común que la mayoría de los mexicanos gastamos más de lo que ganamos, incluso
pareciera regla general cargar nuestro plástico a meses sin intereses. Pero no debemos espantarnos si es
así. Primero que nada observemos que el pánico es generado con un contexto político. Es decir: los
videos que han paniqueando a los ciudadanos son del senador por Nuevo León, Samuel García;
lógicamente, su afiliación partidista es contraria al partido que ostenta el poder.
En uno de sus videos nos ha puesto el ejemplo de una persona que tiene 7 tarjetas de crédito, ganó 200
mil de salario y gastó 800 mil, entre lo que incluyó una camioneta nueva para su esposa y hasta un viaje
pagado. Mencionando que es discrepancia fiscal que es cuando el monto de las erogaciones en un año
de calendario sea superior a los ingresos declarados por el contribuyente, o bien a los que le hubiere
correspondido declarar.
Pero vayamos por partes. La primera pregunta sería ¿puede una persona que gana 200 mil al año gastar
800 mil en ese mismo lapso?
En teoría, sí puede cargarlos a sus tarjetas de crédito, pero no podría pagarlos con el sueldo que gana.
Luego entonces, si únicamente paga el mínimo, no cae en discrepancia fiscal. Pero si liquida esos 800
mil en el año, en realidad se entiende que no ganó 200 mil sino 800 mil, por lo tanto, la lógica indica
que sí hay discrepancia fiscal y tendría que declarar los ingresos que tuvo.
Entonces ¿Quiénes deben preocuparse? Simple… Pues los que no declaran los ingresos que ganan.
Pero aclaremos que esta situación no es de ahora.
Desde la creación del SAT, éste se ha encargado de vigilar la correcta determinación de los impuestos
que realizamos todas las personas con base en los ingresos que ganamos, porque así lo marca nuestra
Constitución Política, y por ende, todas las cuentas de los contribuyentes en el sistema financiero
mexicano son susceptibles de fiscalización.
Ahora bien, recordemos que las tarjetas de crédito son expedidas por entidades financieras, las cuales
nos prestan hasta cierta cantidad de dinero, la cual debe entenderse como un préstamo o una forma de
financiamiento en una situación especial, no como un ingreso extra que tenemos, pues si lo
manejáramos así, simplemente nos “comerían los intereses” pues jamás podríamos pagar todo el crédito
que nos fue otorgado.
Recordemos que todo este pánico ha tenido consecuencias, pues algunos ya no quieren comprar con
tarjeta, paralizando de cierta forma nuestra economía y todo por la vinculación de la factura instantánea
a la terminal punto de venta. Con respecto a ésta, el SAT ha explicado que es opcional, pues en el
momento que pasa la tarjeta se pueden ver los datos y allí tú decides si quieres tu factura instantánea o
seguirás con la forma tradicional de facturación.
Sin duda, este procedimiento agilizará la forma de facturar para quien así lo requiera, pero no debemos
crear pánico, pues lo único que se logra por desgracia es paralizar la economía. ¡Y mire que en estos
momentos eso no nos ayuda!
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