Brenda Caballero
Con trenzas postizas y colorete en los cachetes, mi mamá me llevaba a visitar a la Virgen de Guadalupe. A mi falda de manta le ponía listones de colores y me colocaba un rebozo. De allí eran empujones para entrar a la parroquia. Unos minutos adentro y de inmediato teníamos que circular para que otras personas accedieran al templo. Así fue durante varios años de mi infancia, pero eso sí no podían faltar los puestos de comida y juegos de feria a la salida que disfrutas más cuando eres niña o niño.
Ahora este año es diferente. Con la pandemia todo cambió. Y después de nueve meses hasta pareciera que nos cuesta entenderlo, como aquellos peregrinos en Guanajuato que se agarraron a golpes con la policía o los de la ciudad de México, allí frente a la Basílica de Guadalupe hace unos días.
Ante la situación crítica, el Gobierno de la Ciudad de México decidió cerrar por unos días la Basílica con la intención de evitar que los peregrinos fueran a visitar a La Guadalupana, este 12 de diciembre.
Entiendo la fe, pero no puedo entender la necedad en esta situación de pandemia y contagios a la alza. Celebro que la iglesia católica esté mandando el mensaje de que lo que menos quiere la Virgen de Guadalupe es que nos contagiemos de Covid-19.
El mismo papa Francisco concedió la indulgencia plenaria a quien venere a la Virgen de Guadalupe desde Casa. El mismo papa adelantará la Misa de Gallo para respetar el toque de queda en Italia. Entonces ¿Por qué no nos cuadramos?
Veracruz en verde
Los comentarios de los internautas a las redes sociales del Gobernador Cuitláhuac García Jiménez son de desaprobación hacia el estado que guarda el semáforo epidemiológico de Veracruz, el verde.
Estar en verde significa que es menor el riesgo a contagiarse de covid 19, además de que ya pueden reactivarse las actividades sociales, económicas, culturales de esparcimiento y desde luego regresar a clases presenciales en las aulas. Todo esto desde luego respetando la sana distancia, usando cubrebocas, lavado de manos, gel antibacterial como medidas de prevención.
A una semana de la designación del semáforo muchas personas en el estado se han relajado, ya no usan cubrebocas y mucho menos llevan su gel antibacterial consigo.
¿De verdad podemos decir que estamos en verde cuando somos el tercer estado con mayor población en el país?
Si tomamos el número de casos positivos en Veracruz de casi 41 mil con respecto al total de su población de poco más de 8 millones de habitantes. Sin duda diríamos que el virus no afectó a los veracruzanos de manera significativa y que sí merecemos el semáforo verde. El asunto aquí es que no tenemos pruebas, por lo que la cifra de contagiados es engañosa, al igual que el semáforo.
Ojalá y no bajemos la guardia, y sigámonos cuidando, pues en esta temporada invernal, puede existir un repunte importante.
Ayer escuchaba la conferencia de Claudia Sheinbaum con respecto a la pandemia, y cuando un reportero le preguntaba en qué color estaba la Ciudad de México, en lugar de contestar que seguían en naranja, únicamente se limitó a decir “Estamos en Alerta por Covid-19”, así contestó tres veces. Todo indica que Sheinbaum dejó de creer en el semáforo para una ciudad que tiene su capacidad hospitalaria rebasada.
Entonces ¿Deberíamos creer que estamos en verde y que lo más complicado ya pasó?
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