Brenda Caballero
Si realmente Santiago Nieto Castillo hace todo lo que el Presidente le dice, como el mismo Andrés Manuel López Obrador lo ha declarado, entonces Javier Duarte de Ochoa, ex gobernador de Veracruz, no saldrá de la cárcel... al menos en este sexenio.
Se escuchaban tantos rumores de que Duarte tenía un pie casi fuera del Reclusorio Norte por la forma en que se estaba llevando su proceso penal; incluso, en su última audiencia, Duarte arremetió contra todos, incluyendo al periodista Carlos Loret de Mola, pero hoy podría estar alejándose esa posibilidad.
Primero se dijo que al llegar Morena al poder, de inmediato saldría; después, que a finales de diciembre; otros más aventurados afirman que en febrero, es decir, en menos de un mes… pero, ¿sería un acierto polìtico la libertad de Javier Duarte, si apostamos a que todo se mueve en México con política, por encima de las Leyes?
Definitivamente no, y más cuando esa noticia incrementaría el malestar de la población que pide medicamentos para el cáncer a nivel nacional. Recordemos que a Duarte se le vincula directamente con esa versión de que adquirió su Gobierno agua destilada para las quimioterapias de los niños veracruzanos.
Pero como los abogados de Duarte han hecho su trabajo para sacarlo del bote, ya entró en acción “San Santiago Nieto” con su Unidad de Inteligencia Financiera con el objetivo de detener el proceso; ¿cómo?: presentando un recurso de revisión contra el amparo logrado por Javier Duarte y sus abogados y apelar la condena de nueve años y multa de 58 mil 890 pesos que le impusieron por haberse apegado al procedimiento abreviado y declararse culpable. Dicho recurso será revisado nada más y nada menos que por la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
Otro antecedente que indica que Duarte se queda, es la denuncia de hechos que realizó la UIF ante la Función Pública contra el ex Director de Procesos Legales, Mauricio Moreno Balbuena, por haber beneficiado a Duarte de Ochoa con la reclasificación del delito de delincuencia organizada por el de asociación delictuosa, logrando la reducción de su condena de manera significativa, pues le tocaban entre 20 y 40 años de prisión.
En conclusión: la injerencia de la UIF en el caso Duarte puede tener varias acepciones:
1.- AMLO no quiere que salga Javier Duarte, al menos no será durante su mandato.
2.- Va toda la Inteligencia Financiera contra Javier Duarte y posibles cómplices.
3.- Al entrar la UIF, habrá congelamiento de cuentas, y aunque dicen que las cuentas de Duarte tenían unos cuantos pesos cuando se le congelaron, buscarán otras fuentes de financiamiento y rutas de dinero fuera del país; incluso, pueden pedir apoyo y colaboración a las Unidades de otros paìses del mundo.
4.- Si encuentran discrepancia fiscal o posible evasión de impuestos, tendrá que pagarlos con sus multas y recargos.
5.- De nada le servirá a Duarte echarle la culpa a los gobiernos anteriores.
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