Brenda Caballero
Cada 8 de marzo amanezco con mensajes de felicitación… por ser mujer. Algunos más hasta me mandan el video de Vicente Fernández y sus Mujeres Divinas. Imágenes de rosas, chocolates, poemas no pueden faltar, acompañado de algún mensaje romántico alusivo al día. Aclaro que no es exclusivo de hombres, también de mujeres que reproducen ese rol que muchas veces es reforzado por la mercadotecnia comercial. ¡Regálate algo por ser día de la Mujer! ¡Te lo mereces por ser Mujer! ¡Foto pa’l face, porque es día Internacional de la Mujer!
A los mensajes, contesto que el 8 no es un día para celebrar sino para conmemorar. Seguramente hasta me tachan de “amargosa y desagradecida... la felicito ¡Y mira lo que me contesta!"
Poco se entiende la lucha de las mujeres por el reconocimiento de sus derechos, así como el verdadero origen del día, pues éste surge a raíz de una tragedia de costureras que murieron calcinadas en una fábrica de Nueva York donde trabajaban hacinadas, pues la puerta estaba atrancada ante el supuesto de que ellas fueran a robar a su patrón. Al mismo tiempo, mujeres se manifestaban en exigencia de sus derechos laborales, pues trabajaban jornadas de 15 a 18 horas en las fábricas por un salario muy inferior a lo proporcionalmente trabajado.
¿Por qué nos felicitan? Si ser mujer siempre ha sido desigual a través de la historia. Desde la antigüedad, Aristóteles consideraba a la mujer como un ser humano incompleto, de menor capacidad que el hombre, contrario a lo que Platón proponía para que la sociedad fuera mejor, que era necesario que todos sus miembros participaran. Pero la visión Aristotélica prevaleció siempre... las mujeres no tenían derecho a votar, a pesar de ser mayoría en la población; mucho menos de hacer leyes, eso era imposible, impensable. Incluso en las leyes no aparecían las mujeres, mucho menos para poder ser votadas. Ah, pero sí, aunque las mujeres no tuvieran los mismos derechos, tenían las mismas obligaciones.
A través del tiempo, las mujeres al ver sus derechos limitados, en la educación, en trabajo, en salarios, en la política, en la justicia, en la salud, empezaron a inconformarse, a alzar la voz, a manifestarse y a exigir lo que les corresponde. Poco a poco se ha ido logrando una equidad de género; sin embargo, falta mucho, mucho camino por recorrer.
En México, estos últimos años han sido muy difíciles. La violencia contra las mujeres se ha incrementado; con la pandemia del Covid, la situación empeoró. Las cifras son alarmantes: 11 mujeres mueren a diario, son asesinadas porque simplemente no pasa nada. Los feminicidas saben que pueden hacerlo porque hay impunidad.
Entonces ¿hay algo que celebrar hoy? ¿Se debe felicitar a las mujeres?
Basta ver a lo que hemos llegado hoy: A un muro frente a Palacio Nacional para resguardar un edificio en lugar de resguardar y proteger a las 11 mujeres diariamente asesinadas; a otras más desparecidas; a muchas más que sufren trata de personas; muchas más violentadas.
Falta sensibilidad desde las mismas instituciones para atender sus denuncias, sus quejas, sus necesidades. Se ha desprotegido, vulnerado y hasta revictimizado a la mujer.
Aunque se hable de Paridad ¡ésta es simulada! Mejores condiciones para las mujeres, ¡son falacias!. Nuestros derechos son invisibilizados, vulnerados, violentados, desde el mismo instante en que una mujer alza la voz para pedir justicia por ser violada y al violador se le permite una candidatura a la gubernatura; desde el instante en que no te dan licencia sin goce de sueldo en tu trabajo, para ir por una candidatura; o que no te permiten trabajar por tus capacidades alegando que no eres del equipo o del mismo proyecto. ¿Hay algo que celebrar?
Para todas y todos aquellos que se quejan de las manifestaciones de las mujeres en este día, déjeme citarle el argumento de no haber incluido a la mujer en la redacción de la Constitución de 1917: “nos encontramos con que, al discutirse la petición, se decidió –sin mucha discusión– negar a las mujeres los derechos políticos argumentando: […] en el estado en que se encuentra nuestra sociedad […] las mujeres no sienten la necesidad de participar en los asuntos públicos, como lo demuestra la falta de todo movimiento colectivo”.
NALDY RODRÍGUEZ: Granito de arena
Luchar por los derechos de hombres y mujeres es fundamental en nuestros tiempos para lograr la anhelada equidad de género. Por tal motivo, el Colegio Nacional de Abogados Penalistas, Asociación Civil, en el marco del Día Internacional de la Mujer, reconoció a 5 mujeres emblemáticas mexicanas, entre ellas a Naldy Patricia Rodríguez Lagunes, titular del Instituto Veracruzano de Acceso a la Información (IVAI), quien en su discurso resaltó que desde su espacio busca poner su granito de arena para contribuir a la inclusión y promoción del ejercicio de derechos fundamentales, entre ellos el derecho a la información, pues considera que ayudar a contribuir al desarrollo de la sociedad en equidad y a su vez al combate pleno de la marginación, es establecer acciones transversales que conduzcan a lograr la igualdad sustantiva.
TAVA ANDA revolucionando mujeres
Una de las políticas que he visto muy comprometida con su género es a Octavia Ortega Arteaga allá en el norte del estado, el Distrito I. Tava anda revolucionando mujeres y se le ve constantemente en reuniones, buscando emprender con mujeres para contribuir en el empoderamiento de éstas en su distrito.
Esperamos que el partido en el que milita, el Verde Ecologista, no invisibilice su trabajo ni el de las mujeres que le acompañan, pues es necesario e indispensable que se haga valer el derecho de todas ellas.
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