Brenda Caballero
Dicen que las cifras no mienten. De acuerdo a los datos recientes de la secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC), Veracruz ocupa el segundo lugar en casos de feminicidio a nivel nacional con 63 casos. Da coraje, rabia e impotencia saber que esas mujeres se convirtieron en cifras, que perdieron la vida en manos de su esposo, pareja o conocido. Que posiblemente fueron violentadas, golpeadas, violadas y finalmente asesinadas. Da coraje saber que el Estado no les brindó protección ni apoyo para salir de ese círculo vicioso. Porque realmente se necesita apoyo para que las mujeres que son violentadas física o psicológicamente terminen con esa espiral de violencia y denuncien.
Si bien es cierto, el problema del feminicidio en Veracruz es de años atrás, vale la pena preguntarse el porqué estamos en el segundo lugar... que si no hubiera sido por la reclasificación que hizo la Fiscalía de Veracruz, a cargo de Verónica Hernández Giádans, de 42 de 142 carpetas de investigación en 2019, seguramente ocuparíamos el primer lugar.
Aquí llama mi atención diversos aspectos: Los feminicidios en Veracruz no están siendo proporcionales a la población estatal, ya que acumulamos más que la propia Ciudad de México, apenas abajo del Estado de México que nos dobla en habitantes. Luego entonces, pudiéramos decir que las veracruzanas llevamos la peor parte, incluso las cifras oficiales dadas a conocer por la SSPC difieren de algunos colectivos veracruzanos que contabilizan más feminicidios que los oficialmente declarados.
¿Tiene algo que ver la forma en la que se están investigando los feminicidios en Veracruz por parte de la Fiscalía General del Estado?
El hecho de que haya diferencia en las cifras podría significar que los homicidios de las mujeres en Veracruz no se están investigando como feminicidios. ¿De verdad se están haciendo con perspectiva de género? ¿El tener a una mujer como fiscal incide en las investigaciones de feminicidios?
Si bien la justicia debe ser igual para todos y todas, debe ejercerse con perspectiva de género.
Cuando llegó Verónica a la Fiscalía de Veracruz, realmente pensé que su empoderamiento ayudaría a otras mujeres de grupos vulnerables y se reforzarían las investigaciones sobre feminicidios y desapariciones, pero las cifras demuestran lo contrario.
Buscando en internet, la única vez que la Fiscal Verónica hizo declaraciones en este año sobre los feminicidios, es cuando habló de la cero impunidad, el pasado 8 de julio, cuando nos cimbraron los asesinatos de la rectora de la Universidad Valladolid y el asesinato de la pequeña Reyna Isabel. Dos meses después no he leído ni escuchado a Verónica dar seguimiento a los feminicidios en un estado que ocupa el segundo lugar, de acuerdo a cifras proporcionadas por el organismo que ella misma dirige. No la he visto reunirse con colectivos, de la misma forma que lo hace con funcionarios gubernamentales.
Y sí, podemos decir que ha participado en las reuniones de seguridad, así lo demuestran las fotos, junto a funcionarios de gobierno estatal, pero ¿y el seguimiento a los feminicidios? Todos los días siguen matando a mujeres y niñas en Veracruz.
Antes de finalizar esta columna permítame repetir un diálogo de la Película “Bombshell” que transcribí en otra columna:
“–¿Pensaste lo que tu silencio implicaría para nosotras, para las demás?
–Rachel no es mi culpa.
–Me habría gustado que alguien me avisara que le interesan más que las piernas.
–Nadie tiene el deber de protegerte Kayla.
–Todas tenemos ese deber.
- No te entiendo, tú eres… tienes poder. ¿Por qué sigues obedeciendo viejas reglas? ¡Eres Megyn Kelly!”
¿Y Verónica no pensará que tiene ese deber?.
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