Brenda Caballero
Entonces ¿pueden matarte si vendes algo? Es la pregunta obligada después de conocer el caso del asesinato del empresario francés Baptiste Jacques Daniel Lormand en la Ciudad de México, después de que desapareciera y posteriormente se localizara sin vida en un camino de terracería en compañía de su socio restaurantero. El motivo, robarle licores de alto valor monetario que fue a venderle a clientes que le habían hecho el pedido. Pero, ¿por qué matarlos? ¿Por qué no solamente robarlos y ya?
Alguien pudiera decirme que no sucedió en Veracruz, sino en la Ciudad de México. Pero volvemos a la pregunta inicial ¿pueden matarte si vendes algo?
Las recomendaciones surgieron por todas partes. Avisar a familiares o amigos la ubicación en tiempo real. Contactar a compradores o vendedores en lugares públicos. Hacer la transacción en efectivo. Todas las que vengan a la mente con tal de sentirnos seguros; sin embargo, no parece ser suficiente.
El pasado fin de semana, la usuaria de Facebook Gaby compartía tres fotos de una camioneta Ecosport color gris con placas de Veracruz YGE-96-56 junto con la siguiente leyenda: “¡Camioneta robada! Estaba en venta, las personas que supuestamente la comprarían, daban una ficha porque habían ido a depositar el cheque a la cuenta del dueño, (obviamente el cheque carecía de fondos) y él al decirles que necesitaba que cayera en firme, lo amenazaron por la espalda, obligándolo a que entregara las llaves y documentos. Sucedió el viernes 20 de noviembre, en pleno Centro en Clavijero, entre Altamirano y Juárez. Siempre acudan acompañados y tomen todas sus precauciones en la compra o venta de cualquier cosa”.
El caso anterior sucedió en Xalapa, capital del estado, en pleno centro de la ciudad, a un costado de Radio Universidad y a tres cuadras de Palacio de Gobierno y Palacio Municipal.
¿Acaso inmutó a los delincuentes cometer su fechoría el estar en el corazón de la capital, con mucha gente y a plena luz del día? La respuesta es obvia. Y tristemente los comentarios que podemos recibir ante cualquier robo de nuestro patrimonio se han normalizado con la frase: ¡Al menos no te pasó nada!
Es verdad, la vida es lo más importante, pero ¿por qué conformarnos con ello? ¿Por qué hemos dejado de exigir seguridad?
Estamos en diciembre, época en que muchos compran y venden todo tipo de artículos, sobre todo vehículos y por lo tanto tenemos que redoblar nuestras medidas de seguridad.
Dentro de las recomendaciones se sugiere no llevar la factura original en el momento de la transacción. No publicar fotos frente al domicilio propio ni de las placas. Incluso, no ponerle letrero de venta. Conocí el caso en que la vendedora recibía llamadas de que levantarían a su hija si no les endosaba la camioneta que vendía. Una joven más fue obligada a subir a la camioneta, ir a su casa y endosarles la factura. Su error, ponerle en la luneta “Urgente Vender”.
Si bien la recomendación es usar muchas veces efectivo, tampoco garantiza seguridad, ya que pueden asaltarlo metros adelante o cuando esté en su domicilio. “Acababa de vender el coche, me pagaron el viernes por la tarde en efectivo, no pude depositarlo ese mismo día. Salí unas horas a comprar al supermercado y cuando volví, habían entrado a mi casa. Se llevaron el dinero en efectivo. Lo peor: ya les había endosado la factura”, me contaron alguna vez.
Entonces ¿pueden matarte si vendes o compras algo? En estos tiempos, lamentablemente sí, ya que “no pasa nada”. ¡A cuidarnos todos!
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