Brenda Caballero
Dos motociclistas de Seguridad Pública llegan al edificio de enfrente.
Posteriormente, dos patrullas se estacionan. Es domingo. Pasa de las trece horas. Todo indica que acudieron al llamado de alguien que los requería urgentemente pues hasta estacionaron mal una patrulla.
Hace unos días, en la misma unidad habitacional donde vivo, los vecinos
a través de redes denunciaban que una joven se quería suicidar y quemar su departamento. Por fortuna, lograron controlar las llamas.
Una amiga preocupada, me manda ayer una nota donde Francisco Felipe
Villa Campa, director de la Policía Municipal de la capital Xalapa, declara que la violencia intrafamiliar ha aumentado pues han recibido constantes llamadas de auxilio solicitando su apoyo. Él cita un invitado constante: el alcohol.
¿Será que por ello en algunos estados del país como Nuevo León, Tabasco,
Campeche o Sonora han cancelado o condicionado la venta de licores y cervezas?
Tal medida ocasionó burlas, memes, críticas y hasta compra de pánico
de licores, pero… ¿Se imagina usted la combinación de alcohol, encierro por 40 días y convivencia familiar en hogares disfuncionales? Definitivamente puede ser una bomba de tiempo y dar como resultado el incremento de violencia intrafamiliar.
Desde luego que no hablo de todos los hogares, hay muchas excepciones,
en muchos de ellos se tomarán una copa de vino, una cerveza o una cuba, para “relajar el cuerpo”, sin hacer que mujeres e hijos tiemblen ante un padre que no está acostumbrado a convivir todo el tiempo con ellos y estalle hasta porque sus niños gritan o quieran
ver otra cosa en el televisor, o porque simplemente se quedó sin empleo y ya no hay dinero en casa.
Para muchos, esto que escribo puede parecer lejos de su realidad;
sin embargo, algunos gobernadores como los del Estado de México e Hidalgo, ya empiezan a hacer un llamado a través de sus redes sociales a todas aquellas personas que sufran violencia en casa durante esta contingencia para que no se queden calladas o callados
y llamen con la finalidad de ser atendidos por las autoridades correspondientes.
¿Recuerda usted dónde se resguardaban mujeres víctimas de violencia
junto con sus hijos? Así es, en los refugios de mujeres. Estos centros enfrentan también su propia crisis, ya que según datos de la Red Nacional de Refugios, las llamadas por violencia de género aumentaron en un sesenta por ciento, mientras las solicitudes
de asilo se incrementaron en un treinta por ciento, razón por lo que su capacidad se encuentra al máximo, aunado a que no tienen presupuesto federal para poder atender todas esas solicitudes.
El pasado 31 de marzo, la Red Nacional de Refugios hacía un pronunciamiento
urgente a la Secretaría de Hacienda y Crédito Público para que entregue de manera inmediata los recursos destinados a éstos; igual hacía una petición a la sociedad para que los siga apoyando, y a los hombres, para que paren su violencia, pues como dice Verne
Wendy Figueroa, directora de dicha Asociación: “La violencia contra las Mujeres no está en Cuarentena”.
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