Brenda Caballero
Estamos tan pendientes de las cifras diarias de Covid-19 que olvidamos “las otras cifras”... las de las mujeres violentadas, las desaparecidas… las asesinadas.
Pareciera que ya no importan o que dejaron de importar. ¿Para las autoridades? ¿Para los y las que antes alzaban la voz y dejaron de hacerlo? ¿Para la sociedad?
Tan preocupados y preocupadas estamos en lavarnos las manos durante veinte segundos, en guardar la sana distancia, en quedarnos en casa, que pareciera que “nos ha caído como anillo al dedo” esta pandemia.
Aracely Trejo Toledo era originaria de Fortín de las Flores; tenía 22 años. El viernes salió de la casa de su tía en Los Lienzos y se dirigió a casa de sus abuelitos rumbo a San Marcial; sin embargo, ya no volvieron a saber de ella. A través de redes sociales su familia empezó a buscarla, sin obtener resultado alguno. El sábado les llamaron para avisarles que habían encontrado a una mujer con las características que buscaban: Delgada, tez morena, estatura aproximada de un metro con cuarenta centímetros, overol rojo, playera blanca, tenis blancos converse… Muerta. La encontraron muerta junto a un arroyo de aguas negras en la unidad habitacional Los Cerezos.
Su tía Lupita muestra el dolor con una rosa negra y con la siguiente leyenda: “Agradezco de todo corazón a todas las personas que de una u otra forma nos apoyaron en la búsqueda de nuestra niña. Ella ya está descansando en paz donde nadie la puede lastimar. Gracias ´por su apoyo a todos”.
Zuli Sarai Martínez Villa, de 23 años de edad, tenía 34 semanas de embarazo de una niña. Vivía en la colonia San Pedro de Córdoba. El pasado viernes fue levantada entre la calle 35 y la avenida 9, en la Ciudad de los 30 Caballeros. El mismo día fue asesinada a balazos y su cuerpo arrojado cerca de unos cañales de la colonia San Francisco, de Amatlán de Los Reyes.
Ambos feminicidios ocurrieron en la zona centro del estado de Veracruz. ¿Acaso las mujeres no podemos visitar a nuestros abuelos sin que seamos asesinadas? ¿No podemos caminar tranquilamente sin ser levantadas? ¿O ni completar las cuarenta semanas para nacer?
El Atentado a María Fernanda
No, no fue un fin de semana para las mujeres en Veracruz. El domingo, la vida de María Fernanda estuvo en peligro, pues cuando se dirigía a la capital, el vehículo en el que viajaba fue interceptado por una camioneta Suburban, de la cual le dispararon. Por fortuna sus escoltas intervinieron para que saliera ilesa. ¿Querían asustarla o qué pretendían?
Espero que las autoridades aclaren cuáles eran las intenciones de sus agresores y aceleren la investigación del crimen donde perdiera la vida su madre, la periodista María Elena Ferral.
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