Por Omar Zúñiga
Este jueves 24 de febrero fue una fecha que quedará grabada en el inconsciente colectivo, y no precisamente porque se conmemoró el Día de la Bandera.
Sin embargo, más allá del patriotismo que representa este día, me refiero a una imagen que causó gastroenteritis aguda ocasionada por altos niveles de estrés y ansiedad, en el edificio que alberga el Poder Ejecutivo y en la casona de Guillermo Prieto.
La foto que circuló ayer en redes sociales debió haber sido una patada en el arco del triunfo al oscuro personaje que se aventó la puntada de decir que no conocía a un tal Sergio Gutiérrez Luna, minatitleco que cobra sus quincenas como presidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados y que ayer mismo se reunió con su homóloga del Senado Olga Sánchez Cordero y con el hombre más rico del país, el ingeniero Carlos Slim Helú quien además se codea con lo más granado de las élites de Wall Street, por ejemplo, un poco lejos de Otatitlán, la tierra del oscuro personaje, que a lo mejor por eso no conoce a la gente fuera de su terruño.
Qué habrá sentido este personaje de negar y renegar de aquel que les hace ver su suerte y éste al otro día come hamburguesas de Samborn´s con el dueño ¡de Samborn’s!, en uno de los edificios más bellos y modernos de la que fue conocida como ciudad Carso en Polanco, del ¡que también es dueño! bebiendo un vino nacional de los viñedos de Ensenada. La ignorancia es audaz.
Pero además una charla amplia en la que Slim coincide con la 4T, en que la justicia social y responsabilidad social empresarial llevan un mismo destino que es el desarrollo de México.
Por esta razón López Obrador coincide con el ingeniero, quien apenas en diciembre, por la venta de América Móvil, le metió a la Hacienda pública nacional la nada despreciable cantidad de 28 mil millones de pesos, que en términos llanos representa algo así como el 25 por ciento del presupuesto de Veracruz.
Un encuentro con uno de los empresarios mexicanos más exitosos que acumula experiencia empresarial, social y política representa, sin duda alguna, potencial de desarrollo para México y Veracruz y en eso Sergio Gutiérrez Luna muestra una vez más el oficio político, aprendido de AMLO.
Es el desarrollo de México lo que interesa en ambos frentes, tanto en el empresarial con responsabilidad social como en el servicio público transformador.
Y en esta ruta se encuentra el minatitleco, trabajando con todos los sectores interesados por México y su marco legislativo, fundamental para la toma de decisiones. ¿Será que ahora sí lo reconozcan?¡Abrón!
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El martes pasado, 22 de febrero, una mujer hizo historia, es diputada y veracruzana.
Acompañada en San Lázaro por el embajador de la República Islámica de Irán, Alireza Ghezili, y presente vía remota su homólogo de México en aquella nación Guillermo Puente Ordorica, se instaló el Grupo de Amistad parlamentaria México-Irán, que básicamente convoca a legisladores, embajadores, académicos y líderes en un mecanismo de Diplomacia Parlamentaria.
Dicho mecanismo es presidido por primera ocasión por una mujer, que, reitero hace historia y que a mucha gente no le caía el veinte de la importancia de este acto.
Abu Dhabi, la capital de los Emiratos Árabes Unidos (y emirato más rico que en términos muy simples y llanos es como el papá de Dubai), es un país que en 50 años pasó literalmente de ser un pueblo de beduinos a la capital mundial del lujo donde venden oro en maquinitas tragamonedas instaladas en el mall.
Durante la cobertura en que se designó a la Ceremonia de los Voladores de Papantla como Patrimonio Cultural Intangible de la Humanidad durante el Congreso de la Unesco en Abu Dhabi, pude atestiguar, como buen país islámico, que las mujeres no tienen precisamente el papel más importante dentro de la vida política, pues son naciones históricamente lideradas por los varones, no soy misógino ni mucho menos, pero así es.
Ahí me tocó ver el primer burkini, en las playas que bañaban las tibias aguas del Golfo Pérsico, donde la prenda sólo dejaba ver los pies y la cara de la dama que lo portaba. Es una cuestión religiosa y de respeto, nada más, pero así es.
En Egipto, otro ejemplo, a mi hermana la cambiaban por 50 camellos y la familia debió -aunque ciertamente escandalizada-, de la manera más respetuosa, rehusar la oferta.
Me refiero a esto, sólo para contextualizar la importancia y trascendencia del evento del martes, pues Irán, a pesar de que es una República, también es de los países árabes de Medio Oriente donde el papel de las mujeres no es tan preponderante como en EAU, por ejemplo.
Y así, el martes, esta mujer logró poner en esta mesa de acuerdo binacional (vía remota por supuesto) a Abolzafi Amouei, nada más ni nada menos lo que en Estados Unidos conocen como spokesman del Congreso, es decir al presidente del Parlamento Iraní, quien además es uno de los hombres más poderosos de la República Islámica.
Y de él, recibió la invitación para asistir a Teherán en una misión oficial Parlamentaria, para intercambiar buenas prácticas.
El apoyo de su coordinador Rubén Moreira, presidente de la Jucopo fue decisivo.
Felicidades diputada Lorena Piñón, enhorabuena. Este tipo de acciones, la neta, no cualquiera.
¡Qué barbaridad!
deprimera.mano2020@gmail.com
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