Por Omar Zúñiga
Recordemos que ahí el primer robo, el primer robo de corrupción en ese, en el hospital de Alta Especialidad, pues fue de el que hoy está en la cárcel, Javier N y está ahí, y que también actuaron contra su secretario de Salud, Nemi N…, Juan Antonio N., ya la regué, pero bueno (sic) eeete Juan Antonio N entonces, pero eeete, ¿quién creen que lo salvó?
-Loranca
-Biiingo (léase con tono de campana)
-No, yo no lo dije. Pero pues un juez otra vez, un juez federal, otra vez esté actuando. No sé, ahí sí desconozco el tema de qué tan apegado a derecho actúa el juez este, pero sí, lo quise decir ahora aprovechando, porque estoy atento. Ahora sí, ahora sí me interesa el caso. Sí, porque tienen el descaro, o sea, a pesar de que está lo evidente, de ahí está tu obra de corrupción.
Sí, todavía piden que se les pague por daños morales y no sé cuánta cosa, o sea, una desvergonzada, eeete lo dejo así, porque voy a estar muy atento de eso. Ahora que lo mencionas, sí, eeete voy a estar, porque no se vale. O sea, eeete, exprimir el erario público y ahora que se les quiere tocar con el pétalo de unaaaa denuncia, si eeete llega un juez federal, eeete de la Suprema Corte de Injusticia, de esos que solapa la Suprema Corte y le emite un amparo, pues ya, de eso es de que resuélvase de inmediato y luego otro restituya el daño moral al servidor público.
Es qué bárbaros, qué bárbaros, eeete, porque se exceden, se exceden. Sí, este no, porque está el proceso este. Entonces estoy, eeeh, vigilante de esa situación, porque aquí no estamo cómplices de nadie ni vamoa andar solapando esas acciones, vamos a dejarla ahí porque los jueces federales están muuuy solapadores.
Es de los derechos de servidores públicos que son acusados de corrupción. Vean lo que acaba de hacer (la ministra presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación y depositaria del Poder Judicial de la República) Norma Piña hace unas meses. Si a la presunta responsable de la, no pérenme dejen terminar, imagínense, si la Suprema Corte de Injusticia libera de toda responsabilidad a la maestra de maestras en obras maestras (sic), como en fraudes maestros, la estafa maestra quedó en impunidad.
Lo que acaba usted de leer no es sacado de un guión de Cantinflas o alguna película de Luis Buñuel, mucho menos de Un Perro Andaluz, la obra maestra del cine surrealista que contó además con la colaboración de otro genio: Salvador Dalí.
Tampoco es un diálogo sacado de una plática de pulquería del barrio de La Merced de los años 60, donde se daba cita lo más granado de la clase trabajadora de la Ciudad de México, lo mismo albañiles, cargadores que macheteros y algún fufurufo trasnochado.
Tampoco son líneas sacadas de alguna película de ficheras de los años 80, con Alfonso Zayas y Tun Tun dándose un quién vive en los diálogos.
Lamentablemente, las sandeces que leyó al inicio son salidas de la boca de quien gobierna Veracruz, el aprendiz de sátrapa Cuitláhuac García, que en su afán de querer quedar bien con el presidente López Obrador (su única gracia hasta ahora), el mismo que lo tildó de inepto.
A pregunta expresa en conferencia de prensa, soltó la retahíla de acusaciones en contra de personajes (póngale el nombre que usted quiera) que ciertamente fueron acusados (por otro sátrapa), perseguidos y encarcelados, pero al final absueltos, pues se comprobó que no tuvieron responsabilidad.
Es decir, siguieron un proceso, que como toda sociedad civilizada que se precie de llamarse así, debe seguirse.
Vivimos en un mundo de reglas, en una democracia, donde el señor feudal ya no tiene cabida desde hace algunos siglos.
Sin embargo, al final de su mandato, todavía hay quien se siente con las ínfulas de sentirse como si estuviera al principio del mismo y piensa que su ignorancia será premiada con algún cargo con fuero, porque Cuitláhuac sigue acumulando causas que se volverán penales y quien lo suceda, no cargará con ese lastre, con una bola de sebo que al caer se desparrama y no se mueve más y que caerá irremediablemente en Pacho Viejo.
Reitero nuevamente, los carniceros de hoy serán las reses de mañana.
Nadie merece que se le haga esto, mucho menos, a boca de un personaje que no puede ni hilar dos ideas de manera coherente, pero que más allá del hecho mismo que causa gracia, hace mucho, muchísimo daño, acusando sin razón ni fundamento legal, sólo con el hígado y con el efímero poder que dan seis años prestados y que están a punto de terminar.
La exigencia es que se respete la ley, que pague quien tenga que pagar, pero siempre en el marco del derecho, la misma ley que decidirá si es culpable o no.
El mismo marco legal en que vivimos, que decidió que Cuitláhuac García Jiménez fuera gobernador y Andrés Manuel López Obrador presidente de la República.
Pero visto está que quien dice gobernar Veracruz no escucha ni le hace caso a nadie, caso contrario no escucharíamos tantas sandeces juntas, ni siquiera con el afán de buscar la sonrisa del huey tlataoni.
Hoy quien se erige a sí mismo como gobernante, fiscal y juez, -ingeniero de profesión por cierto-, con esas acciones, pone un barrote más a la que será su celda.
Un abrazo solidario a Juan Antonio Nemi Dib, hoy Nemi N, amigo de sus amigos.
¡Qué barbaridad!
deprimera.mano2020@gmail.com
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