Por Omar Zúñiga
Este día, viernes 22 de marzo del año de Dios y María Santísima 2024, a las 9:00 horas, en la sala anexa a Tlaqná, está convocado a sesionar el Consejo Universitario General de la UV.
Sin embargo, no será una sesión cualquiera, porque se someterán a la aprobación del CUG dos temas de la mayor relevancia para la vida universitaria, que van aparejados; uno de ellos, la elección de un integrante de la Junta de Gobierno, de quien nadie conoce la terna y la revelarán esta misma mañana.
El otro, que sin buscar ser catastrofista o apocalíptico, decidirá incluso el futuro de la Máxima Casa de Estudios en Veracruz; la Ley Orgánica de la UV, que abrogará a la actual.
Seguramente se necesita adecuar a los tiempos actuales, sin embargo debiera agotarse el análisis previo al interior de la Universidad, pues lo que está en juego no es para nada poca cosa, aunque así quiera hacerlo parecer el rectorcito Martín Gerardo Aguilar.
Lo que más se ha hecho notar en el Anteproyecto que hoy será sometido a votación, es la eliminación de la edad para poder ser Rector; en la legislación vigente se hace notar en el Artículo 37, Fracción II, que deben “Ser mayor de treinta y menor de sesenta y cinco años de edad, al momento de su designación”, quienes busquen el cargo.
El Anteproyecto elimina este requisito, ni siquiera lo menciona, argumentando que establecer una edad es un tipo de discriminación, dejando así la puerta abierta al recorcito Martín Gerardo Aguilar par abuscar un segundo periodo, pues entraría a buscarlo con 66 años cumplidos.
Si la lógica del requisto de la edad fuera discriminatorio, debieran también eliminarlo de nuestra Carta Magna, que establece un mínimo de 35 años para poder ser Presidente de la República, sólo por poner un ejemplo.
Entocnes, los universitarios deberían analizar que este asunto es un pago de favores. No deben olvidar que Gerardo Aguilar cedió a la exigencia de la Comunidad Universitaria de hacer valer la ley, y no dejarse ningunear por el gobernador Cuitláhuac García para que el 4 por ciento del presupesto total de Veracruz, sea designado la UV, como lo establece la Constitución de Veracruz; al final eso pasó, el rectorcito ya no peleó por la Universidad y la única que sufre las consecuencias es la misma UV y su gran comunidad universitaria, no Martincillo, que es “premiado” con esta disposición de la edad.
Sin embargo, ese tema es sólo la puntita… del iceberg, pues lo más grave se gesta en lo relativo a la Junta de Gobierno.
El artículo sexto de la Ley de Autonomía vigente dice que “para ser miembro de la Junta de Gobierno se deberán reunir los requisitos siguientes:
I. Ser ciudadano mexicano;
II. Ser persona honorable y de reconocido prestigio;
III. Ser miembro destacado de la comunidad académica estatal o nacional;
IV. Haberse distinguido en su especialidad;
V. No desempeñar cargos de dirección gubernamental ni de elección popular;
VI. No ser ministro de algún culto religioso;
VII. No ser dirigente de partido político alguno;
y VIII. No haber ocupado puestos directivos en la Universidad en los tres años anteriores.
El cargo de miembro de la Junta de Gobierno será honorífico.
En ningún caso habrá la posibilidad de reelección.
Ese es el artículo completo.
En lo que hoy se votará, el Artículo 12 de la LOUV, dice que “La Junta de Gobierno estará conformada por nueve personas elegidas por el Consejo Universitario General, de las cuales cuatro serán externas y cinco integrantes de la Universidad”.
“El cargo de miembro de la Junta de Gobierno será honorífico y podrá ocuparse por única vez; sus integrantes permanecerán en el cargo cinco años y sólo podrán realizar funciones académicas en términos de lo establecido en su reglamento, para no comprometer la independencia y el buen funcionamiento de ésta”.
“Sólo después de transcurridos tres años de la conclusión del cargo en la Junta de Gobierno, quien haya sido parte de ella podrá desempeñarse en funciones de dirección.”
“La presentación de las ternas al Consejo Universitario General, para la elección de las personas integrantes de la Junta de Gobierno, deberá estar fundada, motivada y apegada a los principios establecidos en esta Ley.”
Y sí deben ser personas, sería raro –por decir lo menos- que pudieran ser vacas, extraterrestres o poltergeist, pero no hace ya alusión alguna a que deben ser “honorables y de reconocido prestigio; miembro destacado de la comunidad académica estatal o nacional”, no; tampoco remite a la Ley de Autonomía.
Esto, señores universitarios, aunado a la cantidad de atribuciones que le dan a la Junta de Gobierno, lo vuelve quizá el órgano más poderoso de la UV, incluso sobre el CUG, aunque sea de facto.
De aprobarse esta Ley, la UV se volvería el destino de los políticos en desgracia, es por eso que la Autonomía universitaria estaría en riesgo y le significa un golpe técnico.
Imagine usted siquiera enquistados en la Universidad a Cuitláhuac García (sí, cumple el requisito de ser persona) o Eric Cisneros, por mencionar solamente un par de nombres, poniéndola al servicio del gobierno de Morena, con todas las de ley.
O póngale el nombre que usted guste, al servicio del gobierno en turno, vulnerando, de Derecho, la Autonomía por la que tanto pelearon los universitarios.
No soy egresado de la Universidad Veracruzana, me hubiera gustado, sin embargo la vida me arrojó a los brazos de mi alma mater: la UNAM; pero sí soy universitario y por eso indigna lo que hoy buscan concretar en el CUG.
Por el bien de la UV, esperemos que haya algún valiente –o muchos- que se atreva a levantar la voz contra este asalto a la autonomía universitaria, sobre todo de los jóvenes estudiantes, que recuerden lo que decía Ernesto Guevara un hombre llamado el Che: ser joven y no ser revolucionario, es una contradicción.
Por mi raza hablará el espíritu, Lis de Veracruz, Arte, Ciencia, Luz. ¡Universidad!
¡Qué barbaridad!
deprimera.mano2020@gmail.com
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