Este fin de semana, el gobernador de Sonora, Alfonso Durazo, resultó electo como presidente del Consejo Nacional de Morena.
Esta decisión no le cayó muy bien a muchos en Veracruz, que festinaron por ejemplo que a Alejandro Porras Marín (que de Huatusco), de la cuadra del gobernador Cuitláhuac García, le dieran la Secretaría de Jóvenes…, pero bueno.
Seguramente la decisión de haber nombrado a Durazo Montaño en Morena no cayó muy bien, porque uno de sus friends, de piquete de ombligo y toda la cosa, es precisamente el diputado federal Sergio Gutiérrez Luna, que pésele a quien le pese y sin los apoyos oficiales de que goza la zacatecana Rocío Nahle, sigue chambeando con sus recorridos por Veracruz.
Así es, Checo es brother de Durazo y no recientemente, pero además, Diana Karina Barreras Samaniego la diputada local por Sonora que es presidenta de la Mesa Directiva del Congreso Local y esposa de Gutiérrez Luna, también tiene una relación muy cercana con el gobernador y hoy presidente del Consejo Nacional morenista, más allá de la relación institucional que se debe dar a chaleco entre poderes del estado.
Suponemos entonces que a eso se deba la molestia de que Durazo haya sido electo con este cargo en Morena, ni modo…
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De los ecos del fin de semana patrio-largo, más allá de los “mueras” con los que el presidente mató los “vivas” en la ceremonia del Grito de Independencia, me quedo con el discurso de la secretaria de Seguridad federal, Rosa Icela Rodríguez Velázquez, en el Desfile del 16 de Septiembre, luego de ensalzar el “gran trabajo” de su jefe el presidente López Obrador (ajá), dijo que “la transformación, emprendida (…) no se trata sólo de un cambio de gobierno, sino de un auténtico cambio de régimen, para terminar con los privilegios, la corrupción y la guerra”.
“Y que les quede claro a quienes aún están en contra de este proceso de transformación: podrán criticarnos. No nos importa (sic). Este gran movimiento está en marcha y no se detendrá. Porque la transformación no es obra de un solo hombre (…)”.
No sé a usted estimad@ lector@, pero a mí me suena como un “nos vale madres lo que piensen a quienes no están de acuerdo con nosotros” y eso, traducido, es un signo más de autoritarismo, pues entre líneas leo que lo que ha hecho este régimen es precisamente eso, que la vale madre, no sólo la ley, sino todo y todos quienes no comulguen con su idiosincrasia y me atrevo a decir de su doctrina, y que además no parará hasta conseguirlo.
El nuestro se aparta de un régimen democrático y se acerca cada día más a uno totalitario…
¡Qué barbaridad!
deprimera.mano2020@gmail.com
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