En los momentos actuales cuando vemos que desafortunadamente la violencia se ha apoderado de nuestro país, cuando nos enteramos del enorme número de diversos defensores sociales que han sido desaparecidos o asesinados por defender lo mismo los bosques madereros, que las reservas naturales que forman nuestro medio ambiente, la libertad de expresión o a las mujeres para que reciban un digno trato e igualitario o defender la explotación indebida e ilegal de los mantos acuiferos vital para la vida y la alimentación como sucedió recientemente en el estado de Chihuahua, o al seguir conociendo de los innumerables asesinatos perpretados en contra de periodistas, reporteros gráficos en inclusive contra propietarios de medios de comunicación, como ha sucedido recientemente con los homicidios de José Luis Gamboa el 10 de enero en el puerto de Veracruz, y los realizados en Tijuana los días 17 y 23 de éste mismo mes en las personas de Margarito Martínez Esquivel y Lourdes Maldonado, así como el homicidio de María Elena Ferral el 30 de marzo de 2020 y como tantos otros hasta la fecha no han sido esclarecido; por todo lo señalado considero de suma importancia dar a conocer la ponencia presentada por el defensor social y destacado periodista Roberto Garretón presentada en el Seminario Internacional celebrado en la ciudad de México en mayo de 2007 organizado por la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal cuando era presidida por el Dr. Emilio Alvarez Icaza Longoria.
--- El Cardenal Roger Echegaray, al recibir el Doctorado Honoris Causa en la Universidad Iberoamericana de México, destacó la “ tarea ingrata y obstinada del promotor de los derechos humanos, pero su valor, su obstinación proceden de su verdad sobre el hombre más allá del hombre mismo”-
Efectivamente es así. En nuestra labor diaria estamos sujetos permanentemente a presiones, amenazas, represiones y nuestros mártires ya se cuentan por miles. Pero somo obstinados porque creemos en la verdad y en la verdad de nuestra causa. Nuestra causa mas allá de cualquier credo o ideología, es la única en toda la historia de la humanidad en la que nos
representamos todos los hombres y mujeres de bien, Solo no nos entienden la maldad de los violentos y el egoísmo de los poderosos.
Nuestra tarea, si bien tiene dimensiones humanitarias en cuanto contribuye a aliviar dolores e injusticias, es esencialmente política. Sostengo que los derechos humanos constituyen un proyecto político universal, o, como dice la Declaración Universal de los Derechos del Hombre,” un ideal común por el que todos los pueblos y naciones deben esforzarse”. Añoramos y nos esforzamos por lograrla una sociedad justa, sin discriminaciones, en la que todos gocen de todos los derechos civiles, culturales, económicos, políticos y sociales.
Nuestro instrumento principal es la verdad, y nuestro capital más preciado son nuestra credibilidad, nuestra coherencia nuestra transparencia y nuestra independencia. Un defensor no solo no puede mentir tampoco tiene el derecho humano a equivocarse. Por su coherencia, para un defensor no hay muertes buenas (las de los otros) y muertes malas (las de los míos). Por su transparencia, el defensor informa a la ciudadanía, buscando crear opinión pública en pro de nuestro proyecto universal. Por su independencia, y a pesar de tener nuestros ideales políticos, nuestra labor no depende de iglesias, partidos políticos o sectas. Nuestra defensa es frente a nuestro pueblo, nuestro Estado y frente al mundo entero: en nuestro trabajo de defensores también tenemos aliados, destacándose entre estos a los comunicadores.
Desde la Declaración del hombre y del ciudadano de 1789, “nadie debe ser perseguido por sus opiniones, incluso religiosas, en la medida en que sus manifestaciones no alteren el orden público establecido por la ley” (artículo 10”) y “la libre comunicación de pensamientos y opiniones es uno de los valores mas valiosos del hombre. Por consiguiente, todo ciudadano puede hablar, escribir e imprimir libremente haciéndose responsable de los abusos de esa libertad en los casos previstos por la ley” (artículo 11).
Los defensores de los derechos humanos entienden que su labor es imposible de desarrollar sin buscar la solidaridad de la ciudadanía. Según Amartya Sen, “ la función protectora de la libertad de expresión es de suma importancia al crear un espacio de expresión para los marginales y los desfavorecidos, lo que repercute en una mayor seguridad humana. Y agrega
que “cuando está ausente se priva a la gente de la oportunidad de comunicarse, lo que va en directo perjuicio de la calidad de la vida humana”.
Son los comunicadores los que permiten a los defensores comunicarnos con la ciudadanía, sobre todo en momentos de opresión. Al permitirnos divulgar nuestra verdad, están ellos mismos divulgando su verdad. Son ellos los que nos facilitan dar y recibir solidaridad.
Por ello podemos decir con seguridad que nuestras vocaciones nos unen y nuestros destinos también; en los últimos 20 o 30 años periodistas y defensores hemos sido las principales víctimas de los violentos. A ambos nos odian y persiguen por decir y defender “la verdad”, que es lo que más temen los violentos de aquí y de allá----.
Finalmente podemos afirmar que la defensa y promoción de los Derechos Humanos demanda la necesaria presencia e instrumentación de organismos jurídicos acordes que permitan hacer realidad los ideales contenidos en los diversos ordenamientos que recogen estos derechos que requieren de la labor coordinada de los organismos públicos encargados de tales tareas en los tres niveles de gobierno
José Reveles el destacado periodista ha manifestado “como nunca México vive un infierno de violencia extrema, de agresiones desbocadas atribuidas a la delincuencia organizada; pero no hay que engañarse mucha de esa violencia proviene también de las autoridades y desgraciadamente no solamente contra los criminales, sino peligrosamente dirigida a reprimir la protesta social y a la organización ciudadana, a los defensores de los derechos humanos y sobre todo a los periodistas.
En las últimas dos décadas nos han prometido que esta situación para los comunicadores y defensores sociales cambiaría y efectivamente ha cambiado únicamente que para mal, pues hay más agresiones y mayor impunidad; el círculo perverso
ideal: a menor o nulo castigo, mayor e indiscriminado ataque a periodistas y defensores.”
Para concluir podemos manifestar que en materia de Derechos Humanos aunque en nuestra legislación se han conseguido importantes logros lo cierto
es que en la realidad, el prestigio y credibilidad de que gozaba por su buena actuación la Comisión Nacional de Derechos humanos siendo una Institución creada para defender las garantías individuales y sociales de los mexicanos, actualmente en completa sincronía con el Gobierno encubre a victimarios, hostiga y persigue a familiares, defiende a toda costa a las fuerzas armadas y policiales en una palabra de hecho la Comisión no existe y si existe no funciona.
Xalapa, Ez., Ver. Enero 26 de 2022
°Vice presidente de Colegiados del Derecho en Defensa de la República A.C.
“Todo el Esfuerzo por México” Sugerencias 1042mapes@gmail.com mario.ulises.p@hotmail.com |
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