Llevamos un largo periodo de confinamiento. Desde aquel lejano mes de marzo de 2020 donde las autoridades anunciaron que ante la confirmación de los primeros casos de Covid19 en nuestro país, y hasta el día de hoy, que existe la expectativa de la aplicación de una vacuna eficaz contra este mortal virus, poco a poco las sociedades, con nuevos protocolos de bioseguridad, medidas de higiene, de separación social y hasta con temor bien fundado, están volviendo a retomar actividades que antes nos eran frecuentes, entre ellas, la práctica de la actividad turística, industria, por cierto, lastimada seriamente por esta crisis sanitaria (bueno, cual podría presumir que no lo ha sido).
Las restricciones de viaje, la movilidad restringida, y la obligación de someterse a medidas a las que aún no terminamos de acostumbrarnos, han influido para que los turistas opten por la práctica del turismo alternativo definido como “Aquella modalidad que incluye al turismo rural, ecoturismo, turismo deportivo y turismo de aventura. El factor común a todas estas formas es proponer un contacto directo con la naturaleza y una participación”, (R. Boullon, 2008) un factor más que podría agregar es que, ese turismo se ha nutrido principalmente, de viajeros de carácter regional, por los motivos anteriormente comentados. El turismo rural, o de aventura se ha convertido en el más codiciado debido a algunos factores que se explican a continuación:
Los viajeros prefieren destinos económicos y menos poblados:
Debido a la nueva normalidad es estrictamente necesario mantener el distanciamiento social para evitar el incremento de contagios, por lo que las áreas naturales y los espacios abiertos son la opción perfecta debido a que generalmente se encuentran alejadas de las zonas más densamente pobladas; además la mayoría de las instalaciones turísticas rurales poseen grandes extensiones de terreno, aspecto que
genera en el turista la sensación de seguridad y al mismo tiempo posibilidad de respirar aire puro.
Búsqueda de Nuevas Experiencias:
Si bien es cierto que el simple hecho de salir de casa en un periodo de confinamiento ya genera una sensación diferente y agradable, una razón adicional por la que el turismo alternativo se ha convertido en una excelente opción para generar experiencias significativas es que se genera una interacción con comunidades locales, lo cual apoya las economías locales, culturiza al viajero y permite la interacción con otras formas de ver la vida.
Además, el turismo rural permite la práctica de actividades específicas que van desde la pesca deportiva, caminatas, observación de flora y fauna, paseos en lancha, baños en caídas de agua, rafting, senderismo, exploración de cuevas y hasta la pernoctación mediante campamentos.
Reactivan la economía local:
El turismo en general ha sido uno de los sectores más afectados debido a la pandemia, con la consabida pérdida de empleos, en el caso específico del turismo rural, la gran mayoría de los dueños de hoteles, campamentos, hostales y alojamientos son pequeños emprendedores, los cuales han vivido (y siguen viviendo) momentos críticos en su economía, ya que su único ingreso y medio para sobrevivir eran por los servicios que ofrecen a los visitantes. Ante esto, los viajeros optan por preferir dichos sitios porque además de disfrutar, tienen la oportunidad de contribuir a que resurjan y se mantengan activos, cooperando de esta manera a que no desaparezcan estos mágicos sitios que renuevan al ser humano tanto espiritual como físicamente.
Sin duda el turismo rural se ha convertido en una opción real e interesante en estos tiempos, sobretodo en este nuevo año, ya que la expectativa de los gobiernos por iniciar y consolidar las campañas de vacunación, aún sigue siendo incierta y lejana, por lo que esta modalidad cubre las necesidades de los viajeros y, además, va de la mano con el despertar de la concientización y el sentido de pertenencia de los visitantes por los sitios naturales, siendo éste un aspecto positivo para que cada vez más personas se comprometan por hacer de los
destinos, sitios sostenibles, contribuyendo de esta manera también a la generación de beneficios económicos, laborales y sociales no sólo para un grupo pequeño, sino para toda la comunidad.
El autor les desea un excelente año 2021. Veamos la vida con optimismo y esperanza en que todo lo pasado fue un aprendizaje y nos sirvió para hacernos más fuertes, resistentes y valorar la vida, la salud y la convivencia familiar. ¡Que sea un gran año para todos!
Lic. Mario Ulises Pereyra Castelán.
Especialista en Comercialización Agroindustrial.
Pereyramario1975@gmail.com |
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