He escuchado con mucha atención los argumentos de los integrantes de los partidos de oposición sobre el acuerdo que hace uno días firmara e hiciera público el Presidente de la República, expresando que dicho acuerdo lleva como único propósito el agilizar los trámites ante tanta tramitología de las dependencias federales.
Lo que nos debemos preguntar es: ¿de quién dependen las dependencias federales responsables de los trámites de las obras prioritarias del actual gobierno?, vale la pena detallar de donde dependen fundamentalmente. Del Tren Maya es la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT); la Refinería Dos Boca depende directamente de la SEMARNAT y la Secretaria de Energía y el Aeropuerto Felipe Ángeles de la Secretaria de Comunicaciones y Transportes; de las tres dependencias federales su jefe inmediato es el ejecutivo federal y la mano de obra corre a cargo de las fuerzas armadas, luego entonces cual es el verdadero motivo del acuerdo emitido.
Una cosa es el probable atraso que tengan las obras prioritarias de su gobierno como consecuencia de la tramitología y otra muy diferente es la transparencia y rendición de cuentas que demanda la ciudadanía. Presidente, usted siempre ha combatido los grabes problemas de este país, uno de ellos es la tramitología y desde luego la corrupción, sígalo haciendo, imagínese si el probable retraso de sus obras prioritarias será por la tramitología y eso le sucede al Presidente de la República, que nos podemos esperar la inmensa mayoría de ciudadanos mexicanos.
La tramitología gubernamental en todos sus niveles y en sus tres poderes es un lastre que se debe resolver. Muchas veces sentimos una gran impotencia al realizar algún trámite y no obtener respuesta inmediata, o por lo menos, una orientación al respecto.
Es por ello que el Instituto de Trasparencia y Acceso a la Información Pública su creación y autonomía juega un papel determinante para, por lo menos, que la ciudadanía pueda palear esta engorrosa tramitología, tal vez, tal vez, los que integran la dependencia no cumplan con su tarea, no es la dependencia, si acaso son los que la integran. Los servidores públicos en sus encargos deben aprender a servir al público no servirse del público. Pareciera un juego de palabras, pero valdría la pena profundizar el concepto como las palabras que usted comenta sobre “la revolución de conciencias”.
La revolución de conciencias es un tema tan profundo para evitar uno de los graves problemas de este país, la tramitología, para lograr ello se requerirá que tanto los servidores públicos como la ciudadanía en general logren una revolución de su conciencia en ese sentido, regularmente no todo es legal, muchas veces tan solo se requiere de sentido común y justicia que de aplicación a la ley, es muy lamentable que la gran mayoría de ciudadanos desconfíen de los servidores públicos responsables de impartir justicia pronta y expedita, donde la gran mayoría de burócratas aplican las leyes a su libre albedrío. ¿Usted qué Opina?
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