Por: Alfredo Tress Jiménez
Si algo todas y todos los mexicanos debemos tener claro, al menos para un servidor, es que el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador; todo lo relacionado con la experiencia, conocimiento, análisis y visión de futuro de la acción política es un hombre fuera de serie.
Señalo lo anterior, ya que los ciudadanos estábamos acostumbrados a que por tantos años el inicio de la sucesión presidencial se circunscribía al último trimestre del 5° año de gobierno; no obstante, en una de las mañaneras de este mes, el presidente de la república expresó, a escasos 3 años de su gobierno, el inició de la carrera presidencial rumbo al 2024, señalando algunos nombres qué de acuerdo a su visión de futuro, son quienes podrían sucederlo en la Presidencia de la República.
Personas que, según él, para esas fechas, alguna de esas personas le darían seguimiento a la transformación que él ya inició y que dejará sentadas las bases. Ese comentario para la oposición pareciera que es lo de menos al insistir sobre los desaciertos que, según ellos, ha cometido el ejecutivo federal y que él 2024 está muy lejos, no señores, la sucesión ya inició.
Debe quedar muy claro, aunque el presidente diga que su único destapador es lo que el pueblo diga; sin embargo, debemos preguntarnos, una vez más: ¿quiénes es ese pueblo al que tanto se refiere?, lo cierto es que el próximo candidato presidencial que surja entre la virtual coalición electoral Morena-PT-PVEM, el único método del pueblo será lo que diga su “dedito”. Esa decisión, aunque es tradicional no es mala, por el contrario, es una definición donde una persona ubicada en cualquier orden o nivel de gobierno su anhelo más grande es dejar a su sucesor.
Para el grueso de las mexicanas y los mexicanos quién sea el próximo candidato presidencial de los partidos políticos, coaliciones o independientes; es lo de menos, a lo que se aspira es a vivir mejor; a los únicos que les interesa quién será su candidato es a los dirigentes partidistas.
Recordemos que en él 2024 no tan solo se renovará al ejecutivo federal; también se elegirán diputados federales; senadores; algunos gobernadores; diputados locales y ayuntamientos; eso les permitirá, tanto a los candidatos presidenciales como a los dirigentes partidistas, disponer de diversas posiciones para negociar.
La elección del candidato presidencial y de los demás encargos en juego en él 2024 permitirá a la oposición postular mujeres y hombres, que más allá de su filiación partidista, deberán ser personas bien posesionados ante la ciudadanía.
No menciono a la virtual coalición electoral entre Morena-PT-PVEM, ya que en esa coalición se lograrán espacios electorales en función de la presencia de cada partido y, sobre todo, la percepción ciudadana a favor o en contra, esto último será fundamental para alguno de ellos. La elección del candidato presidencial no será encuesta, no será consulta abiertamente o a la militancia, no será el método que se les ocurra, la elección será lo que diga el dedito de ese pueblo.
Se dice que falta mucho para la elección presidencial; sin embargo, con las expresiones vertidas por el presidente de la república la sucesión ya inició, los suspirantes dicen que falta mucho para ello, que lo mencionado por él presidente no debe ser motivo para distraerse de su responsabilidad, los que la tengan; no obstante, opinan al respecto.
Faltan muchos episodios por ver; recomposición en los congresos legislativos, brincos de un partido a otro; renuncias y/o enroques en cargos públicos; presencia mediática en medios tradicionales y en las redes sociales; calumnias y difamaciones; persecuciones fiscales; encarcelamientos a personas públicas y privadas; incremento en secuestros, robos, asesinatos; incremento en la pandemia y gravedad en la economía, ente muchos otros; en fin, faltarán muchas cosas por ver. ¿Y, adonde quedan las acciones a favor de los ciudadanos comunes donde su única aspiración es vivir mejor? ¿Usted qué Opina?
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