El Presidente López Obrador, se pone al tú por tú con el periodista Carlos Loret de Mola, quien, hay que reconocerlo, lo ha traído a mal traer ya desde hace rato sacándole sus trapitos al Sol...
Y le dice que son mentiras el reportaje que sacó de que Omar García Harfush recibió serias amenazas y por eso tomó a su familia y se fue de México, cuando ya es parte del equipo de Clau...
Lo que casi de inmediato fue desmentido por el propio súper policía, quien a través de la internet hizo saber que andaba de vacaciones con su familia. Y reconoció, que a lo largo de su carrera como policía ha recibido amenazas...
Todo el mundo supo de aquel junio del 2020 cuando en un atentado le dispararon cuando menos 400 veces, matando a sus escoltas e hiriéndolo a él
Pero como al parecer las amenazas están de moda. El día de hoy, una señora -ignoro su nombre y solo tengo las placas de su camioneta -como pasan cosas muy interesantes en las calles, tengo en mi coche cámara adelante y atrás-. El caso es que, así, de frente, me dijo que iba a tener problemas...
No acostumbro discutir con ninguna mujer; siempre me ganan. Pero como dijo muy echada pa delante, que con el celular le sacara una foto -lo que no hice- supuse que ha de ser esposa o pariente de alguien bien importante...
Y por eso, responsabilizo a la dueña de esas placas -que serán como casi mi seguro de vida- de todo lo que me pase. Va la historia...
En una “risueña” comunidad llamada Zoncuantla, enclavada en medio de un bosque mesófilo -lo de risueña es para irle poniendo emoción al caso, pues se va a poner bueno- y la opinión de alguno de mis tres amables lectores, seguro que será la más acertada...
Que se encuentra a unos cuantos kilómetros de Xalapa, la Capital del Estado de Veracruz -los datos de la ubicación son porque algunos de mis tres amables lectores viven en otras partes del mundo-...
Ninguna de sus calles está pavimentada, para que se den una idea del entorno, y todos nos conocemos, yo llegué hace más de 15 años. Y ahí tengo un caballo que come todos los días y yo soy el que le da su pastura...
Hay gente que ha llegado de la Ciudad -de la “civilización”- y que, por alguna razón, tal vez sexenal, se han tenido que ir. Y bueno se les ha hecho fácil dejar a sus mascotas, perros y gatos, en la calle...
Hace poco dejaron abandonados a dos, un precioso husky y a su compañero. Y uno de esos seres superiores que llegaron de la Ciudad, los atropelló y los mató. Y ni siquiera se detuvo para ver lo que había hecho...
Les puedo contar de otros perritos y gatitos que han tenido la misma mala suerte de toparse con homo sapiens que llevan prisa. Y enfatizo, ninguna calle está pavimentada; y aun así, van muy rápido...
Desde siempre ha sido mi gusto darles de comer a los animalitos, sobre todo a los que abandonan; un amigo -que además sabe de caballos- y es igual de animalero que yo, me acompaña. Si se enferman o lastiman les llevamos medicinas...
Como los animales se comunican entre ellos, los “abonados” fueron creciendo pues llamaron a comer a otros, que sí tienen casa; pero que les dan alimento. Cuando lo que les gusta es la carne cruda y los huesos...
Ya han de ser como 25 perritos y perrotes los que van a comer; unos finos con collar, otros no. También llegan a comer como 6 gatos y cualquier cantidad de gallos, gallinas y sus pollitos; a los que también les llevamos maíz...
Pero ya es la tercera vez que me advierten lo que me puede pasar por meterme en problemas, pues algunos no quieren que les dé de comer; ya que dicen que es insalubre, pues han encontrado huesos podridos en sus jardines -los animales entierran los huesos-...
Algunos se quejaron con el subdelegado, que ya fue a platicar con nosotros. Pero les dijo que no podían hacer nada. Toda vez que a los animales se les pone la comida en el terreno cercado donde está el caballo y las vacas...
Y si sus perros se meten al terreno a comer y se llevan los huesos para sus respectivas casas -se entretienen mucho y les hace bien a sus dientes- pues no nos puede decir que no les llevemos de comer...
Pero un par de señoras están muy enojadas y nos hacen feas y amenazantes caras. Pero finalmente, si no quieren que sus perros lleven huesos a sus jardines, pues no los dejen salir, ténganlos encerrados en las azoteas. Finalmente, pobres perros, con esos amos, bien que queda aquello de Vida de perros.
Y nos vemos mañana, si el Sol me presta vida.
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