La condena para Julian Assange recobrara su libertad fue, paradójicamente, declararse culpable de un delito que no cometió; y más, cuando ejercer el periodismo no lo es; o, mejor dicho, no lo era; como lo será a partir de hoy, con el “juicio” al australiano...
Porque a partir de su “sentencia” -seguramente inspirada en el Presidente López Obrador, quien habilitó como secretos de Estado los trabajos comisionados a las Fuerzas Armadas- todos los que ejercemos el periodismo y tenemos el privilegio de tener tres amables lectores -más los espías, claro- en cualquier momento nos atornillan...
Y de nada servirá que se clame injusticia, como la proclamaron varias naciones en el caso de Assange, pues lo tuvieron preso tantos años. Por lo que también deben de haberle copiado al tabasqueño el “no me salgan conque la ley es la ley”; declaración que solo puede darla un tirano...
Por lo que todos los que ejercemos el periodismo estamos en riesgo de ser señalados, por andar difundiendo cosas del Presidente: como que tuvo una hija con la Alcaldesa de Tepic, Geraldine Ponce, de la que no se quiere hacer responsable. Que tiene unos hijos de lo peor; y algunas otras cositas nada edificantes que han culminado con que es un Narco-Presidente...
Y está bien que ya se vaya -cuando menos del frente, donde mandó a su protegida a sabiendas de que las cosas están que arden- ahora sí que el robo en despoblado a quienes tenían sus ahorros en AFORES es gravísimo y va a traer repercusiones...
Ni aun aceptando que los tenedores del ahorro ya se hayan muerto; con seguridad que tienen familiares, a quienes lo justo sería que se los devolvieran. Si ya tuvieron la acuciosidad de buscarlos y ya hicieron el trabajo; de gente honesta será que se los reintegren...
Ya que, independientemente de, en lo que pensaba utilizarlos; es un robo tomar lo ajeno, aquí y en China. Y está bien que haya hecho, permitido y solapado todas las transas que de sobra se conocen; y de las que muy seguramente obtuvo un beneficio; pero ya robarse los ahorros, es otro nivel, se llama delincuencia y se pena con la cárcel...
Robar a los que han ahorrado de su trabajo, no queda con el discurso de primero los pobres. Vuelvo y repito, un robo es un robo; y en su caso es con alevosía y ventaja. Por lo que no serán pocas las demandas que recibirá; y que tendrá que arreglarlas; pues sí. Su consentida...
Algo oscuro anda por ahí, para que se haya decidido a dejarle semejante paquete. Pero flaco favor le hizo; él lo sabe y el tiempo lo aclarará...
Pero eso no es lo peor de todo este pestilente asunto, que culminó con una duda tan grande como la existencia de las tres personas en una: El padre, el hijo y el espíritu santo ¡y todos machos! -seguro se unirían a la marcha gay-...
Porque para decirle a una dama, como sin duda lo es la Presidente de la SCJN, doña Norma Lucía Piña Hernández, que es una embustera -“que no los engañe” fueron sus palabras- se necesita no sólo carecer de la más elemental cortesía y educación; además de diplomacia, de política y de hombría, para faltarle el respeto a una dama y con esa investidura. Pero hay más...
No obstante, para llamar mentirosa a una persona, primero hay que ver de qué tamaño es la cola que uno tiene; y en este caso, en que la llamó embustera, solo una frase se puede agregar ¡Y miren quién lo dice!
Y nos vemos mañana, si el Sol me presta vida.
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