Se han propuesto y ensayado una y mil formas para acabar con la corrupción, y hasta ahorita; nomás no ha habido modo. Haciendo referencia aquí en nuestro México. No basta con que el Presidente sea honesto; don Adolfo Ruiz Cortines (1889 - 1973) lo fue; pero la corrupción siguió delante de la mano de sus hijastros, conocidos como los Locken. Unas auténticas pesadillas...
De nada le sirvió a don Adolfo el mandar a España a su propio hijo Adolfo, conocido como “la gallina”, bueno pal trago, cabe decirlo, para que no hiciera de las suyas. Los hijastros se encargaron de todo...
Según Transparencia Internacional, Dinamarca es el país menos corrupto del mundo. Seguido por Finlandia, Nueva Zelanda, Noruega, Singapur, Suecia, Suiza, Países Bajos, Alemania y Luxemburgo, con menos porcentaje...
En Corea del Norte y en otras naciones, la corrupción es penada con la muerte. Aunque la misma organización de Transparencia Internacional, lo sitúa entre los países más corruptos del mundo; Cuando no hace mucho acaban de ejecutar a un tío de Kim Jong-un precisamente por corrupto...
Y no incluyen a nuestro México, donde dicen que “el que no transa, no avanza”; lo que hace pensar que las listas del organismo son corruptas...
El caso es que aquí en nuestro México, y todos lo sabemos, si la hay; y galopa campantemente por todos lados. Pero lo peor de todo, es que no se va a acabar nunca; a pesar de que la religión prohíbe el robar y se dice un país creyente...
Y no se puede acabar; por Ley. De esas extrañas Leyes del Universo, que se cumplen o se cumplen, no hay de otra. Y una de ellas, La Ley del Equilibrio, dice que “El dinero mal habido no rinde”. Y eso es un hecho que se vive en todas las esferas...
Si el ciudadano de a pie tiene problemas para pagar el teléfono y a luz; los grandes millonarios, se crea o no, tienen problemas para pagar el mantenimiento de sus casas, el hangar del avión, el muelle del yate; y todo el personal que se requiere para que estén funcionando...
Como despedir al agente de tránsito, cuando el jefe le exige cuota para el jefe del jefe, y así hasta el infinito, porque a lo mejor el Jefe nunca ha pedido nada; pero la cadena llega hasta las campañas políticas...
¿Qué es lo que va a hacer el agente de tránsito cuando ya no tenga que “pasarle corriente” a su jefe? ¿Y el jefe a su jefe? Cuando ya están metidos hasta el cuello con compromisos que se habían echado a cuestas...
No son pocos los delincuentes que, obligados por las circunstancias, dicen; nomás por esta vez para salir del problema. Pero en esa vez se enganchan...
¿Qué hacer entonces; despedir a todos y contratar gente nueva? ¿Y qué se va a hacer con los despedidos; si finalmente son igualmente víctimas de una sociedad que así funciona y ha funcionado siempre?
Y nos vemos mañana, si el Sol me presta vida.
|
|