En ocasiones, por no decir que casi siempre, nos formamos la idea, y en no pocas veces, hasta emitimos un juicio acerca de una persona a la que nunca conocimos; especialmente de los ya difuntos. Sin analizar, que esa persona, como cualquier otra, tiene tras de sí una historia que lo marca en su carácter y que el entorno sella el destino de una persona...
Porque todos tenemos un destino, es decir, todos venimos a este mundo pre destinados para algo, pero no que “alguien” nos impuso; sino que ese “alguien” nos permitió venir a este mundo y a este momento, porque nosotros lo escogimos. Un ejemplo...
Desde niño Cassius Clay (1942 - 2016) conocido como Mohamed Alí, del que muy poco se puede agregar como el hombre que más hizo por su raza en los EE.UU. siempre soñó con ser el mejor boxeador de todos los tiempos...
Y claramente lo dijo cuando ganó la medalla de oro en los juegos olímpicos de 1960 en Roma. “Yo soy el más grande de todos los tiempos”, respondió, cuando le preguntaron si pasaría al profesionalismo y en qué peso lo haría...
El sueño del entonces chamaco no era fácil, nada fácil. Para hacerlo realidad, tuvo que liarse a golpes hasta con la “Justicia Norteamericana”, que injustamente le impidió ejercer el boxeo -su modus vivendi; lo que habla por sí de la injusticia por no querer ir a Vietnam- Pero finalmente también los venció y logró su sueño...
Pero si hubiera nacido en otro tiempo, aún con las facultades de lo que La Madre Naturaleza lo dotó para que lograra su sueño-como lo hace con todos los seres vivientes- lo habría podido lograr...
Todos nacemos en el lugar y en el momento preciso para lo que venimos a hacer. Quien no reconoce que vino por su voluntad, entonces está del lado de los que se necesitan para que otro alcance sus sueños, para que logre sus metas...
Para ellos, los que saben a lo que vinieron “Conócete a ti mismo y conocerás El Universo”. Escrito a la entrada del Oráculo de Delfos, dedicado a Apolo, templo al que la gente acudía para conocer su futuro, la vida es lucha, es esfuerzo, pero de ninguna manera un sacrificio...
Como sí lo es, para quienes saben a lo que vinieron, pero no se atrevieron a luchar por ello, pues las circunstancias no se lo permitieron. Palabras en las que seguro nunca jamás llegó a pensar Espartacus (103 - 71) el esclavo tracio cuyo sueño de Libertad puso en jaque a Roma...
Para quien nunca siquiera se cuestionó su propia existencia y su insustancial existencia; pues viven una vida kafkiana -absurda, aberrante- vienen siendo como los coros de la representación. Hasta que se dan cuenta de quienes verdaderamente son y saben a lo que vinieron dispuestos a luchar por ello...
Por cierto, que Franz Kafka (1883 - 1924) influyente personaje de las letras contemporáneas, que describe de una manera magistral, la angustia del humano ante el sinsentido de su vida, en su obra insigne, La Metamorfosis.
Y nos vemos mañana, si el Sol me presta vida. |
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