Nos habíamos quedado en el por qué somos así. ¿Cuándo fue que perdimos el camino? y nos convertimos en los peores depredadores del Planeta; inclusive, en depredadores de nosotros mismos. Lo que, en sí, habla de locura, de demencia...
Toda vez, que solo quien no está bien de sus facultades mentales, puede atentar en contra de su vida. Que es precisamente lo que hacen quienes consumen drogas. Cuando la vida es lo único que tenemos para pasarla bien en esta vida...
Festejamos los nacimientos de hijos y nietos, sin reparar en el mundo que les estamos dejando. Y no lo recibimos así.
Al destruir el ecosistema, contaminando cielo, mar y tierra, estamos cavando nuestra propia tumba; y la de quienes vienen atrás. ¿Cómo fue, que hechos a imagen y semejanza del Creador, actuamos de manera tan insolente?...
Quien así actúa, bien se grabó la premisa cri$tiana de que a este mundo se viene a sufrir; cuando menos es el ejemplo de Jesús; al que bien le podrían haber ahorrado la tortura. Pero nada de eso nos lleva al origen del mal...
Ni siquiera remontando a los tiempos de Zoroastro, llamado por los griegos Zaratustra. Personaje de leyenda del que se desconoce a ciencia cierta dónde y cuándo nació; pero su muerte acaeció en Afganistán sin una fecha precisa, hacia 1,500 años antes de esta Era...
Quien, dentro del Mazdeísmo, la primera religión monoteísta que se conoce y que hasta ahora tiene millones de seguidores, creó el personaje de Arimán, equivalente al Dios del mal. Satanás, Belcebú, Lucifer, Príncipe de las Tinieblas, Ángel caído, Don Sata, para los cuates...
Pero tampoco nos lleva al origen de la ambición, que ya parece incrustada en el ADN. De recordar el pasaje aquél de cuando Moisés recibió las Tablas de la Ley que nadie cumple. El No Matarás, el No mentirás y el 9º marcan lo imposible...
Pero referente al caso, después de que el tal Moisés se entrevistó con la Zarza Ardiente. Cuando por fin bajó del monte, se encontró que sus hermanos, con los que se había fugado de Egipto, pues los tenían como esclavos, estaban adorando un becerro de ORO...
¿De dónde sacaron el ORO siendo esclavos; y en cantidad suficiente como para hacer un becerro? se desconoce. Pero da a entender por qué los judíos tienen aprecio por el precioso metal...
Pero solo indica que ya desde ese entonces las personas se habían vuelto patológicamente ambiciosas. Por lo que tal vez habrá que remontarnos por otros caminos para encontrar el origen de ese mal...
Sin soslayar las palabras de Pitágoras (569 – 475) “El bien y el mal no existen solo existe la salud y la enfermedad”...
Por lo que en lugar del origen del mal; habrá entonces que buscar el origen de la enfermedad. Así que continuará.
Y mañana será otro día, si el Sol me presta vida.
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