Después de la incautación en Sonora de 1,100 kilos de fentanilo. Eso de que aquí no se fabrica, como en repetidas ocasiones lo dijo el ex presidente AMLO; resultó ser un encubrimiento. Porque siempre sí...
Y no es que meter una tonelada de contrabando de lo que sea, represente un problema; porque aquí en México, el alijo está bien aceitado. Pero el histórico decomiso -ojo, sin detenidos; lo que cualquier amigo de Don Sata podría pensar que les dieron el soplo, o sea, que les avisaron que les iban a caer- es difícil suponer, que tan valioso contrabando no había quien lo resguardara...
Pero el decomiso no lo hicieron las Autoridades mexicanas; sino con militares de EE.UU. que fueron los que dieron el pitazo de dónde estaba almacenado el fentanilo. Iban directo sobre el fentanilo...
Por lo que eso de que somos una nación libre y soberana y que nunca se permitiría que entraran militares a México, ya no opera, ni como cantaleta mañanera. Pero da una idea del porqué López Obrador nunca aceptó apoyos económico y logístico para combatir a los cárteles...
Y si a eso se agrega, la defensa a ultranza que han hecho del Gobernador Rubén Rocha Andrés Manuel, Claudia y todos los morenos; pues no se requiere de mucha ciencia para entender lo que fue más que obvio con aquel saludo a doña Consuelo, la mamá de “El Chapo”...
Pero si quieren creer que con esa “histórica” incautación de fentanilo, valuada en 400 millones de dólares, ya se van a dar por satisfechos en Washington, pues no lo creo. Ante la inestable situación que prevalece en Europa y Medio Oriente, necesitan controlar sus fronteras...
De última hora dan a conocer que la entrada de militares norteamericanos a la que me refiero, ya fue aprobada por el Senado. Y su entrada es limitada a 10 ó 15 elementos que llegan en apoyo al gobierno -que ya no puede con los narcotraficantes- y por el bienestar y la seguridad de la sociedad y blá blá blá...
Lo que hace recordar aquella anécdota de dos jóvenes enamorados que vieron salir la Luna en una playa solitaria. Y que haciendo gala de lo que es entenderse con pocas palabras, se escuchó: “¿Puedo?” ... “Nomás tantito”.
Y nos vemos mañana, si el Sol me presta vida.
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