Para completar el cuadro de la incredulidad social y política que cada día se acrecienta con la demagogia, pues ya no se le puede creer nada a nadie. A esta convulsionada era electrónica solo le faltaban dos cosas...
La IA, con la que se puede ver y escuchar cualquier cosa, lo que sea, la confesión del Mayo Zambada, donde relata paso a paso cómo fue que disparó contra Kennedy; y se le liga también con el asesinato de Colosio, pues fue captado entre la multitud en Lomas Taurinas...
Y los hackeos telefónicos que tan de moda se han puesto a raíz de la imprudencia del señor Presidente. Y lo mejor del caso, es que con esa misma IA le ponen y le quitan cualquier cosa que nunca dijo...
Cualquiera estando casado y con hijos, puede ser amante de Cleopatra o de Blanca Nieves y ser el padre de los siete enanitos; y se tienen los videos que lo prueban. Pero esa navaja tiene dos filos. Por un lado, pueden culpar a cualquier inocente...
Así las cosas, cualquier culpable puede decir que las pruebas son falsas, que él estaba en otro sitio y puede presentar un video bailando en La Florida. Pero por lo pronto, mientras la SCJN no determine lo contrario, lo pueden mantener en Prisión Preventiva
Que lo mismo puede ser de lo que se ha valido don Manuelito para esconder y no dar cuentas del desliz con Geraldine Ponce. Aunque dicen por ahí que el desliz comienza a dar sus primeros pasitos y ya dice papá...
Por cierto, ya que se comenta del desatendido padre; cocinándose en sus propios ácidos, no solamente se bronquea con el NYT, ahora también la arremetió en contra de You Tube; toda vez que tuvieron la osadía de censurar la mañanera con la que se echó al mundo encima, por violar la privacidad de una periodista...
Por lo que les dijo, lo menos, “decadentes; y prepotentes. Y que la estatua de La Libertad se ha convertido en un símbolo vacío”...
De lo que los medios han hecho un escándalo; que finalmente lo están enfocando a las campañas políticas. Porque en el fondo ¿qué más se le puede hacer, si ya va de salida?...
No obstante, el circo de tres pistas que nos espera, con toda seguridad tendrá un final espectacular. Inesperado. Aunque la tercera pista, de dantesca manufactura, ni en cuenta, pues está más apagada que una veladora de cementerio. Para decirlo sin tapujos, está peor que las otras dos; lo que ya es decir bastante.
Y nos vemos mañana, si el Sol me presta vida.
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