Por una extraña razón, que podría catalogarse como complejo de querer ser los primeros en algo. Propio de personas que se dicen muy competitivas y rivalizan contra todos; cuando al único al que tienen que vencer es a ellos mismos...
Corría el mes de septiembre de 1986, y allá por Las Lomas de Chapultepec, sobre la Av. Palmas, en el otrora DF, la empresa McDonald’s abría su primer restaurante de comida rápida, acompañada de su refresco de cola, que tanto bien le ha hecho a la salud del pueblo mexicano, con tanto diabético que hay...
Ocasionado que la hilera de automóviles que se formaron para ser los primeros en comer de esas famosas hamburguesas, llegara hasta la Av. Reforma. Y aunque se crea una exageración, hay gente que presume haber sido de los primeros en comerse una...
Ya se pueden pasar la noche haciendo fila para ser los primeros en comprar un teléfono de esos que tienen de todo, o ser los primeros en ver una película, para después presumirlo...
Lo que no les pasó a los que abordaron el Titanic; aunque a cambio, algunos pueden presumir de ser sobrevivientes. Y acaso eso les dio un sentido a sus vidas. Y a las de su familia. “Yo soy bisnieto de un sobreviviente” ¡Oh! qué interesante...
Igual con los sobrevivientes del Hindenburg; aunque no era su viaje inaugural, sobrevivir a semejante catástrofe, no es poca cosa. Cabe anotar, que no todas las inauguraciones han sido trágicas; pero coinciden en que se ha inaugurado algo ya terminado...
Y lo que arrancó como Tren Maya, no fue una inauguración, fue solo un tramo, no todo el trayecto prometido. Y no solo inició el recorrido inaugural con más de 4 horas de retraso. Lo que ya es empezar con el pie equivocado...
Los pasajeros, todos adeptos a la 4 T, por no decir que acarreados porque pagaron sus boletos, ya no sabían qué hacer, se quejaron, lógicamente, del tiempo de espera; que el trayecto duró 9 horas, lo caro de los boletos, el servicio de cocina, con una carta con faltas de ortografía y poco de dónde escoger...
Lo mejor de todo, igual que hicieron en la inauguración del Aeropuerto Felipe Ángeles, que no había tiendas y hasta vendían tlayudas, donde hicieron largas filas para degustarlas; pues no había nada que comer...
En la estación San Francisco, ya en Campeche, para la llegada del tabasqueño y su séquito de marionetas, pusieron tiendas de conveniencia que, en cuanto se retiró el Mandatario, las desmantelaron y quedaron vacías. ¡Pura escenografía!...
¿Qué no les da vergüenza? Pregunto alguien; y por ahí se coló la respuesta: No, no tienen.
Pero por si algo le faltaba a este Gobierno de cínicos corruptos, Ignacio Ovalle, ex director de Segalmex, señalado como el responsable de la defraudación más grande que haya sufrido México, superior al FOBAPROA...
Protegido por el mayor corrupto de la historia, lo que hace pensar que está involucrado en el desfalco, lo nombró Coordinador del Instituto Nacional para el Federalismo y Desarrollo Municipal, dependiente de la Secretaría de Gobernación, ¡imparte cursos de disciplina financiera y cómo cuidar el dinero!
Y por si lo anterior no fuera poco, en un movimiento de prestidigitación, que ni los brujos de Catemaco se atreverían a hacer, de un plumazo desapareció a la mayoría de los desaparecidos; con lo que seguramente les quitará apoyos a los buscadores, para dárselos a la propaganda de su marioneta, que nomás no hay modo de que levante.
Y nos vemos mañana, si el Sol me presta vida. |
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