Como no pertenezco a ningún partido político, ni sociedad, o club de ninguna especie y todavía no encuentro a ningún osado que pague por lo que escribo. Si a eso agrego que no creo en la democracia como sistema de gobierno...
Pues lo peor que tiene es que enloquece a los elegidos -los hace sentir ídem, ídem, o sea, elegidos- y de paso divide a los ciudadanos. Hasta a las familias. ¡Vaya! Y un pueblo dividido, por más riqueza que tenga, no avanza...
Y no voy a ampararme bajo los nombres de famosos como Polibio (200 - 118) “Las democracias siempre terminan en violencia y anarquía”. O como Séneca (4 antes de esta Era - 65) “La democracia es peor que las guerras o los tiranos”...
Lo que en este momento estamos viviendo en México, es más que evidente; es de locos. El que tengan que unirse todos para derrocar a un tirano. Y que encima de todo se peleen entre ellos, es patético; y solo denota la falta de una meta en común y deja ver las ambiciones personales de los diferentes integrantes...
El que se unan para perjudicar a un tercero, se llama colusión. Y no faltarán los mercenarios de la política que agazapados esperan para ver de qué lado se decanta la balanza, para ser ellos el factor decisivo...
Pero por tratarse de mi México, no me da igual que “gane” quien “gane”. Y “Háiga sido como háiga sido”, diría el clásico. Aunque todo acabará en más de lo mismo. Nada va a cambiar, como nada ha cambiado, a no ser por el estilo; pero en el fondo es lo mismo. Son los mismos y seguirán siendo los mismos...
Y nada va a cambiar, porque los ciudadanos no queremos cambiar. Y no es posible pensar que se puede llegar a diferente meta, siguiendo por el mismo camino. Y eso que el señor Presidente López Obrador acaba de cometer el segundo error más importante de su mandato...
El primero fue el vídeo con doña Consuelo, la mamá de Joaquín “El Chapo” Guzmán; en su momento dije que no se lo perdonarían. Y el segundo, fue haberle dado con la puerta en las narices a Xóchitl Gálvez, violando un amparo. Lo que es gravísimo y lo pone a la altura de un vulgar tirano...
Y después, por si lo anterior no fuera poco, prácticamente haberla destapado como candidata a la Presidencia, cuando ciertamente no es la mejor preparada, pero es la única que no tiene “peros”, ni cola que le pisen.
Y la destapó -como destapará a cualquiera- para que sus huestes tengan tiempo de hacerlos pedazos. Solo que no le resultó bien la jugada, pues prácticamente, al seguirla atacando -él empezó- se convertirá, involuntariamente, en su director de campaña.
Como cuando el clero metiche pedía que no vieran la película de Los crímenes del padre Amaro, la curiosidad hizo que la gente se volcara a verla. Por lo que no dudaría que Xóchitl ganara...
Es de la poca sangre nueva que hay en la baraja, sin el lastre de los antecedentes políticos de sus familiares; lo que es común que suceda en esta especie de endogamia política.
Y nos vemos mañana, si el Sol me presta vida.
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