Para empezar, el Banco señalado como lavadero de dinero, es decir, el del supuesto Bienestar. A pesar de que el señor Presidente dijo que quienes reciben dinero solo lo podrán cobrar en el Banco de su creación. Lo que suena, por decir lo menos, raro; o sospechoso...
Y se dice sospechoso, porque es el signo de la presente administración de los Pío aportes que, no en balde quiere desaparecer al INAI. Y así, sin que haga públicas sus operaciones, como dijo El Monje loco: “Nadie sabe. Nadie supo”. El exitoso programa radiofónico de mediados del siglo pasado, adaptado a historieta y después al cine...
Pues así, como el Ilustre Hidalgo comentaba con su fiel escudero Sancho Panza, que se habían topado con la igle$ia; igual, el Presidente se ha topado con la Justicia, personificada en doña Norma Lucía Piña Hernández -habría de ser mujer-...
Pues una juez -que también habría de ser mujer- concedió una suspensión provisional para que el Senado apruebe el nombramiento que falta para que el INAI pueda seguir operando. Felicidades. Es un logro que todos los mexicanos esperábamos...
Aclaración. No le llamo jueza, porque suena mal, no es cacofónico, y me parece impropio. Un juez es un árbitro; y eso de “arbitra” como que no. Pero regresemos...
Se hacen votos para que el palaciego berrinche que esto le pueda ocasionar, no vaya a llegar a entripado y “vágido” covidiano, leve; eso sí. Sin soslayar la benéfica acción preventiva de las vacunas...
Y desde luego la atención de los médicos cubanos que supongo cooperaron para su tan pronta recuperación; ya que, de no haber sido por todo eso -y las bendiciones ¡claro!- lo podríamos haber perdido...
Pero no; está vivito y molestando. El ahora nombrado Zombi de Macuspana, pues regresó después de haber estado con Hades. Y regresó revitalizado, echando tiros -pelándose con el que sea -a ver ahora a quién insulta apostaban los presentes a la homilía política-...
Pero el Presidente fácil encontró el blanco a donde lanzó sus venenosos dardos mañaneros; y le correspondió nada más ni nada menos, que a la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos. De los que dijo que no actúan con profesionalismo. Actúan de manera tendenciosa. ¡No son confiables!...
Me adelanto a lo que pueden responderle por aquello de la confiabilidad. “El burro hablando de orejas”. En caso de que le contesten ¡claro! Que no sería la primera vez que lo tiran a lucas y ni caso le hacen...
Que es lo que le puede suceder con la protesta diplomática que va a enviar a Washington reclamando por el financiamiento que les dan a las ONG que atacan a su administración...
Pero como que parece que los morenos no se dan cuenta que ya no los quieren. Ellos hacen como que no ven ni oyen. Pero lo cierto es que son cínicos a más no poder. En Veracruz, donde fue la favorita de Palacio en busca de votos, la trataron muy mal; y como solo sabe repetir lo que dice el Presidente, le hicieron pasar un mal rato...
Y al AA, a quien las cámaras en un estadio “casualmente” lo localizaron, cuando solo había ido a ver el partido -nada arreglado- pero eso de ser famoso no siempre es agradable; y resultó que todos, los presentes le gritaron ¡Fuera! ¡Fuera!...
Al principio, cuando lo mencionaron pidiendo un aplauso, se levantó del asiento y saludó, como diciendo aquí estoy; y ya saben haciendo como que los abrazaba. Pero fue tal la escandalera, pues a los abucheos siguieron los gritos de ¡Fuera! ¡Fuera! que se contagiaron...
Obligando al flamante Secretario de Gobernación en campaña, a salir del estadio sin siquiera despedirse, aunque un joven le pidió una selfies y posó rodeado de sus ayudantes. No quiero saber cómo le fue al que tuvo la feliz ocurrencia de llevarlo al estadio...
Lo que hace recordar a Séneca (5 antes de esta Era - 65) “El primer arte que deben aprender los que aspiran al poder, es el de ser capaces de soportar el odio”.
Ya de salida...
Habrá que ver qué es lo que van a opinar los medios, ahora que el cura Solalinde declaró que no le importa que lo expulsen del sacerdocio; que él va a trabajar con López Obrador, de quien dijo que era un profeta; y no les da vergüenza.
Y Nos vemos mañana, si el Sol me presta vida.
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