Corría el año de 1530 cuando vino al mundo Iván Vasílievich – 1584) quien, a los tres años de edad, a la muerte de su padre Basilio III, fue coronado como Príncipe de Moscú, quedando al cuidado de su madre Elena Glínskaya, quien murió unos años después; se dice que envenenada, por lo que el País quedó a la deriva y las intrigas entre los clanes se acentuaron...
Y como medida precautoria, Iván fue obligado por los fifís de aquél entonces -los conservadores, los que no querían que las cosas cambiaran para seguir haciendo de las suyas- llamados Boyardos, que eran los señores feudales en que estaba dividida Rusia en aquél entonces- a permanecer prácticamente encerrado en su propio palacio, conocido hoy como El Kremlin; diríase que con arraigo domiciliario y sin derecho a internet...
Pero el chavo era inteligente. Llegó a ser un buen jugador de ajedrez; y no solo sobre el tablero, sino en la vida. Pues en un literal Jaque Mate; del que les comento más adelante, a los 17 años, habiendo unido a los feudos, fue coronado como el primer Zar de Rusia -más o menos el equivalente a César-...
Impulsó las artes. La Catedral de San Basilio, en honor de su padre, es un ejemplo de ello; y las letras también; pues fundó la primera imprenta. Extendió sus dominios desde Siberia, al Volga y hasta Crimea, en el Mar Negro...
A sangre y fuego expulsó a los tártaros que durante siglos habían dominado esos territorios, los colonizó con rusos y destruyó sus mezquitas, construyendo sobre ellas templos ortodoxos, haciendo lujo de violencia y crueldad, reflejo de una infancia de humillaciones y malos tratos; por lo que se le conoció como Iván el Terrible...
Pero a la muerte de su esposa Anastasia, a la que amaba profundamente y significó mucho para él mientras vivió, lo desquició, comenzó a beber mucho y enfermó, manifestándose con una inestabilidad emocional traducida en una violencia extrema...
No se tocaba el corazón para mandar torturar y asesinar a quien fuera. Lo llegó a hacer con sus enemigos y con los habitantes de los territorios que conquistaba...
Sobre todo, cuando preso de una explosión de cólera, golpeó en la cabeza con un bastón de hierro a su primogénito, quien falleció en sus brazos. Hecho del que nunca se recuperó hasta que murió unos años después, cuando se preparaba para una partida de ajedrez...
Pero ya lo traía desde chiquito. Su dura infancia lo volvió terrible. A los 13 años de edad, habiéndose enterado que a su madre la asesinaron los boyardos, lo que fue confirmado por médicos forenses en 1960 que determinaron que murió envenenada con mercurio...
Invitó a un cabecilla de los boyardos y le reclamó el haber asesinado a su madre y además robarle la herencia de su padre; y acto seguido, ordenó a sus guardias lo aventaran donde tenía toda una jauría hambrienta, que a la vista de todos quienes le acompañaban, lo devoraron...
Como dato relevante. En la religión Mazdeista, a sus muertos no los entierran, los cadáveres los llevan a una montaña y ahí los dejan para que se los coman los animales. Pero regresemos con Iván y sus perros...
Hay quienes opinan que no se le puede juzgar muy duro por haberlo hecho; aunque la muerte por una jauría que, generalmente se van al cuello, es muy rápida y se puede considerar poco en comparación con lo que le hicieron a él y a su mamá...
Y todo esto se trae a cuento, porque ahora desde yanquilandia dicen, justificando la acción contra los cárteles, que los chapitos son terribles; pues, aunque la DEA dice tener infiltrados que les informan los detalles...
El decir que los hijos de El Chapo tienen tigres y les avientan a sus enemigos o a quienes los traicionan para que se los coman, sin que conste si se los dan ya muertos o para que los gatos se encarguen de ello...
Cuando de verlos venir cualquiera se muere del susto. O del primer zarpazo que le den; pues una manita de estos animalitos, tiene 4 dagas, afiladas todos los días, de cuando menos 7 centímetros de largo, que de un zarpazo dejen a cualquiera como falda hawaiana...
Pero lo de los Chapitos, más bien parece que son cosas que cuentan para enardecer cada vez más a la gente al darles a conocer la clase de psicópatas que son, a los que hay que sacar de la circulación de cualquier manera.
Ya de salida...
Hablando de los que hay que sacar de cualquier manera, la candidata morena al Estado de México, Delfina Gómez, dice que pedirá cuentas a los ex gobernadores que han saqueado al Estado. ¡Cuánta desvergüenza!...
No vaya siendo que a la que le vayan a pedir cuentas es a ella, toda vez que la Justicia la ha declarado como ladrona y será imperdonable a los ciudadanos del Estado de México, que una delincuente los gobierne...
Y el orate de Palacio, ya encarrerado en inaugurar lo que no está terminado; después de inaugurar un hospital de la mujer en Fresnillo, Zacatecas, que solo da consulta externa, pero que dice es un hospital ¿? a pesar de que no atienden ni partos ni cesáreas...
Insiste, para todos aquellos adversarios de su T de 4ª que cuestionan la eficacia del nuevo sistema IMSS bienestar; que la salud ha sido un gran desafío para su gobierno; pues se encontraron los servicios de salud, sin atención médica y sin medicamentos. La neta, no se puede ser más cínico...
Y mientras familiares de los desaparecidos protestan durante el evento, diciéndole cualquier tipo de linduras, el paracaidista de Palacio critica la alianza PRI y PAN, como una “promiscuidad política”; y vuelve a prometer que la salud será como en Dinamarca.
Y nos vemos mañana, si el Sol me presta vida.
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