“Perdónalo Señor -porque este cuate- ya no sabe ni lo que dice. Está malito. Y por eso ahora cree que con solo su palabra le vamos aceptar como cierto cuando dice: “Nosotros no espiamos a nadie; estoy hablando con la verdad”…
Cuando el Hombre merece el Récord Guinness de las mentiras; qué digo el Guinness; el Nobel de las mentiras. Merece El Salón de la Fama de los Mentirosos. Pues nunca nadie ha dicho tantas mentiras; y luego tan temprano. Porque resulta que el espionaje y la inteligencia militar son lo mismo.
Cambiando de tema…
Tantas esperanzas de que las cosas cambiaran en Aguascalientes con la llegada de la guapa Teresa Jiménez Esquivel a la gubernatura; pero lo que mal empieza, mal acaba. Y el hecho que dentro de su gabinete haya nombrado a una cosa desubicada, como le Magistra“de” en funciones del Tribunal Electoral del Estado…
De nombre -hasta ahora- Jesús Ociel Baena Saucedo; pero como todos los que ignoran quienes son y por consiguiente no tienen ni oficio ni beneficio como actores de la obra de teatro llamada vida, más que dar pena, dan lástima; pues ya se cambió el nombre por el de Alma Rosa Bahena Villalobos -Qué ternura. Alma Rosa-…
Lo que, en sí, y a priori, deja clara la animadversión a su madre, pues su apellido lo desapareció. Y también quiso desligarse de la familia de su padre, pues le interpuso a su apellido una h que, en su caso, no es muda, tiene mucho que decir sobre su torcida mente…
Tan torcida como su sexualidad. Y si a esa clase de entes se le encomienda la justicia; pues sí que los pobres ciudadanos acuicalidenses van a pagar las consecuencias de sus decisiones: porque, por si fuera poco…
La cosa “ese”, vestide, aunque también cabría disfrazade”- con corbata de moño y corte de pelo al estilo norcoreano; con una chaqueta roja que hace juego con sus zapatillas de tacón alto y su falda negra. Por cierto, con gran parecido a alguna de las hermanastras de Cenicienta, pero en trasn…
Y lo peor de todo, es que se hizo fotografiar posando con el escudo nacional, pero dónde va el rojo de la bandera, puso el arcoíris. Y con su kafkiana figura, tapa el verde. Eso es una ofensa a todos los mexicanos; y al Escudo Nacional…
Se puede ser gay o lesbiana o lo que sea, pero con discreción. No necesitan ser locas escandalosas que hacen apología de sus desviaciones y menos permitirles hagan proselitismo de lo que no es natural…
Pues avergüenzan hasta a la propia Naturaleza. Y lo único que consiguen es la animadversión de la mayoría; pues en el fondo, solo se quieren entre ellos. Nadie en sus cinco sentidos desea que un hijo sea homosexual. Nadie quiere una hija hermafrodita…
Pero la humanidad está tan enferma, que al rato aparecen los pañales arcoíris y “algunes” usen Kotex en vez de suspensorios…
Y más vale que el gobierno empiece a hacer algo antes de que nos gobierne la jotocracia, cuya única ventaja es que no se pueden reproducir. Pero si multiplicarse. Y con la peligrosa influencia que puede ejercer sobre las juventudes, que tienden a copiar todo lo que ven y les llama la atención y entonces se pone de moda acostarse con el mismo sexo; lo que va contra Natura, pero es la moda…
Moda que se encarga de proveer una sociedad depravada, enferma del instinto y sin identidad propia -¿Para qué sirve la humanidad. Quién nos creó; y sobre todo, para qué, de dónde y con qué fin?-…
Una sociedad que, para evadir su triste realidad, se refugia en los vicios, cualesquiera que estos sean -el comer es un vicio, por poner solo un ejemplo. Los celulares son otro vicio-; que hacen recordar el destino de Sodoma y Gomorra…
¿De verdad es ésta la sociedad que se quiere? ¿Por qué no podemos vivir en paz, si ya el corcholato Ebrard entregó en la mismísima ONU un proyectazo? Pues porque quien lo manda carece de autoridad moral para plantear un proyecto para hacer la paz; cuando él ha fracasado de manera estrepitosa en lograrla…
Y en el entendido de que nadie puede vivir en paz, mientras no esté en paz consigo mismo. Y créanme que son muy pocos los que pueden repetir las palabras del nayarita Amado Nervo (1870 – 1919) “Vida, nada me debes; vida, estamos en paz”…
Y menos cuando las guacamayas comiencen a decir cosas verdaderamente importantes, no las enfermedades del Presidente. Que si a él no le preocupan; pues a mí menos. Porque por ahí dicen que: “quien por su culpa es buey, hasta la coyunta lame”.
Ya de salida…
Cómo es posible que el General Secretario permita que el Presidente lo regañe; y menos estando presentes otras personas; cuando debió de haberlo mandado detener con la policía militar…
Pues para nadie es un secreto que los Presidentes de todo el mundo, dependen de que sus Ejércitos los apoyen, porque los que en el fondo mandan, son los militares, se quiera aceptar o no.
Y nos vemos mañana, si el Sol me presta vida. |
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