Brenda Caballero
¿En manos de quién están las mujeres en Veracruz? ¿A quién acudir en caso de violencia?
Estas preguntas surgen después de ver el actuar de una mujer que de acuerdo a un gafete con número de estacionamiento 15, labora en el Centro de Justicia para las Mujeres del Estado de Veracruz, institución encargada de brindar atención a mujeres en situación de violencia familiar, violación y pederastia. Bueno al menos así lo dice en sus redes sociales, porque en la calle, la realidad parece ser otra.
De acuerdo a videos que circulan en redes sociales y medios de información por internet, el miércoles por la noche fue grabada infraganti Karla “N” o Mariana “N” dentro de una camioneta Chevrolet último modelo. La mujer que de acuerdo a la doble identificación presentada, se acredita como presunta funcionaria pública del CEJUM, en el puesto de analista administrativo, (pero que, de acuerdo a personas que la conocen refieren que trabaja en el área de archivo de esa dependencia) ocasionó tremendo escándalo al conducir en estado de ebriedad, chocar su vehículo con otras unidades particulares, tratar de sobornar a una agente de tránsito y peor aún: insultar a otra mujer agente de tránsito llamándola “muerta de hambre”. No contenta con esa actitud de discriminación, chocó el auto de otra mujer que llevaba dormidas a sus hijas en el asiento trasero, haciendo la funcionaria caso omiso y continuando con el golpeteo al carro que tenía al frente.
¿De verdad está mujer puede ser funcionaria pública de una dependencia como el CEJUM?
Para empezar, la “funcionaria” terminó la licenciatura como cirujano dentista. Y no es que en esa dependencia no pueda ejercer su profesión, supongo que revisa y se encarga de la salud bucal de las mujeres que allí llegan solicitando apoyo; el asunto es quién selecciona al personal que ingresa, porque por lo que se ve en el video, bastan varios grados de alcohol para que se pierda toda empatía de apoyo hacia las mujeres, incluso recordando el artículo 5 del Reglamento Interior del Centro de Justicia para las mujeres del Estado de Veracruz de Ignacio de la Llave que dice: “Los servicios que brinde el CEJUM serán especializados, integrales, con perspectiva de género, bajo los enfoques psicosocial, diferencial y con estricto respeto de los derechos humanos, los cuales constituirán esfuerzos institucionales para facilitar el acceso a la justicia y la prevención de los factores de riesgo de las mujeres, y en su caso, de sus hijas e hijos, cualquiera que sea su condición, logrando para todas las usuarias una mayor seguridad, con el apoyo de mecanismos de colaboración, favoreciendo el fortalecimiento económico y su autonomía”.
La presunta funcionaria no parece tener el perfil ni cubrir cabalmente lo que cita dicho artículo.
Pero como en Veracruz poco importan las mujeres y sus derechos, así como los derechos de las víctimas, la presunta funcionaria salió libre del Cuartel San José, a unas cuantas horas, sin cubrir los daños causados a los vehículos que chocó la noche anterior de acuerdo a información de los afectados. ¿Será que efectivamente antes laboraba en Seguridad Pública y por esos sus “influencias”?
¿Y el CEJUM? Pues bien gracias. Porque ya entrada la noche ni siquiera había sacado un comunicado sobre su presunta funcionaria. Al rato hasta se deslindan de ella y la llamada LadyCEJUM o LadyMuertaDeHambre ni una disculpa pública ofrece, o se desaparece.
Realmente es lamentable lo que acontece en Veracruz, pues a nivel nacional recientemente tuvimos dos casos similares: la periodista que se grabó en estado de ebriedad y que exhibió un restaurante porque ya iban a cerrar y ella quería seguir la fiesta humillando al personal que no la dejó permanecer en el lugar alardeando la enorme cuenta pagada y que le dio el mote de #LadyPolanco; y #LadyRacista, la argentina que agredió y humilló a un agente de tránsito en la CDMX porque la iba a multar por estacionarse mal. Ambas mujeres ya pagaron la factura de su escándalo y conducta. La primera fue separada de su trabajo y ofreció una disculpa pública a través de un video; la segunda, después de un breve juicio, tiene que pagar una multa de 97 mil pesos por el daño ocasionado.
¿Y en Veracruz? Todo indica que la impunidad sigue reinando. ¿Quién dice que en Veracruz llegamos todas?
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