Al calificar de “demócrata” al gobernador saliente del Estado de México, Alfredo del Mazo, y catalogar de lo mismo al expresidente Peña Nieto, el presidente López Obrador coloca en la mente colectiva la muy sugestiva hipótesis de un compromiso político entre estos priistas de entregar el control político de esa entidad a cambio de impunidad total. En política las apariencias (la forma) revelan o esconden mar de fondo, aunque debido a la gran variedad de factores y personajes que intervienen en sus menjurjes con el tiempo la verdad (el fondo) saldrá a flote; así se avizora en el caso de la tibia actitud adoptada por el gobernador Alfredo del Mazo durante el reciente proceso electoral y se confirma en los referidos elogios presidenciales ´¿de cuándo acá López Obrador se muestra tan elocuentemente deferente con políticos de otros partidos? Con el transcurso de los acontecimientos iremos conociendo más detalles de esa amistosa interlocución de florilegios verbales de tan elogiosos giros entre personajes de muy acentuadas discrepancias ideológicas. Todo esfuerzo en ese sentido vale la pena porque el presidente López Obrador ha logrado culminar una meta antes inimaginable como es el exterminio del Grupo Atlacomulco, uno de los iconos de mil cabezas sobre el cual se cimentó el poderío priista, pero, por sobre todo, ahora Morena gobierna la entidad federativa con el padrón electoral más numeroso registrado en el INE. Así concluye toda una Era política en México, acompañada en ese tobogán de una presidencia nacional priista reconocida ya como la más perdedora de todos los tiempos, ese mérito es el innegable legado político que “Alito” suscribe en el epilogo del Fin de la Era priista.
No podemos asegurar que con el declive priista en la entidad mexiquense está naciendo un nuevo milenio encabezado esta vez por Morena, porque el flamante gobierno mexiquense presidido por Delfina Gómez comienza con no buenos augurios a partir de la integración de su gabinete, pues Higinio Martínez parece encabezar un grupo de poder paralelo al gobierno, con oportunidad de fortalecerse a través de candidaturas a cargos de elección popular en 2024, pues lo favorece su condición de Secretario de Gobierno, léase un operador político que actuará con márgenes de ventaja. Ya tendremos oportunidad de comprobar si la señora Gómez tiene la habilidad necesaria para controlar ese entorno, porque por otro lado aparece Horacio Duarte formando una trilogía de fuerzas encontradas. Aunque mientras López Obrador está al frente de la estrategia continuista es posible que en el Edo de México no se desboquen las ambiciones, el problema radica en que ya va de salida, por lo que necesariamente se requerirá de un operador a nivel federal para negociar entre las partes. Por otro lado, ahora que el Grupo Atlacomulco ya no controla el poder político en la entidad mexiquense, no se advierte en perspectiva al personaje que sirva de factor de unificación en el priismo ahora descabezado, tampoco en el PAN se observa una figura con el perfil requerido, entonces, ¿Morena inicia una nueva Era de poder político? La elección de 2024 arrojará información suficiente para despejar esa incógnita. |
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